Prefacio

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— ¿Sabes? No es necesario que te comportes como un idiota enfrente de los demás —Dijo ella al hablarle a su muy poco convencional amigo.

— ¿Por qué no? Ellos aman cuando soy un idiota —Respondió él mostrando su dentadura casi perfecta.

—No, ellos no aman cuando eres un idiota. Ellos aman lo idiota que eres con ellos.

—Aunque así fuera, así soy y no podrás cambiarme.

—No te engañes, tú no eres así. Si verdad te amaran, te amarían así como eres conmigo.

— ¿Y cómo soy contigo? —Preguntó lleno de curiosidad.

—Único, chistoso, cariñoso y una persona que no necesita ningún disfraz ante los demás para ser feliz.

—Así soy con los demás —respondió mientras bajaba la vista.

—Mientes, y lo sabes.

—Claro que no.

—No te convenzas. Si te quieren, te querrán por quién eres, no por la persona en la que te conviertes cuando estás con ellas.

Le dio un beso en la mejilla y cambio su rumbo. Dejar a su amigo en esas circunstancias no era bueno. Acababa de sincerarse con él en un aspecto que prefería guardárselo ella sola. Pero no soportaba ver como lo trataban. Se burlaban de él a sus espaldas y por nunca quejarse lo tomaban como su marioneta para maniobrarla a su gusto.

Al llegar a su hogar, comenzó a preparar la cena. Vivir sola no había sido muy bueno para su vida. Estaba acostumbrada a siempre estar acompañada de su papá y sus abuelos por lo que estar las 24 horas del día sola, era un mártir para su causa. Preparó la estufa, cortó los vegetales y esperó a que la comida estuviera hecha para sentarse a la mesa. Divagó por la casa sin saber qué hacer. No tenía con quien platicar. Y mucho menos en qué entretenerse. Tomó su vieja libreta de apuntes y comenzó a escribir.

"No necesitas crearte una máscara ante los demás para ser aceptado, sé tú mismo y verás que las personas te querrán por ser tú mismo y no alguien más"

Tres golpeteos en la puerta la obligaron a dejar su pluma en el mostrador para dirigirse a abrir. No necesitaba ver por la mirilla para saber quién era. Siempre tenía esa conexión con él.

Al abrir, lanzó sus brazos alrededor del cuello de su novio y lo besó. Lo besó como si después de ese beso el mundo se extendiera y los alejaría por completo. Lo besó como si fuera el único lugar en el que se sentía querida, amada..., protegida. Pasó sus piernas por la cintura de él incitándolo a entrar en el departamento. Tenía tanto sin verlo que sin duda necesitaba de su calor para sentirse mejor. Poco a poco necesitó de oxígeno y tuvo que separarse de él. Cuando abrió los ojos, notó como aquellas pupilas amieladas la observaban con tanta dulzura que la hacían pensar que si las tendría que ver como ultima cosa en el mundo, sería feliz con ese momento.

—Te extrañé —Dijo él, rompiendo el silencio cómodo entre los dos.

—Y yo a ti —contestó ella aún en su ensoñación de saber si aquel momento era real.

—Estoy aquí, no lo hagas más —respondió como si hubiera leído la mente de la chica.

—Es tan ilógico.

— ¿Qué lo es?

—El que pueda verte así, a los ojos. Observar tu rostro, ver que en ti nada ha cambiado.

—No ha cambiado y no lo hará. Me verás como quieras verme. No importa lo que pase. Siempre juntos a pesar de todo, ¿Cierto?

—Cierto. 

Respondió creyendo en las palabras de aquel chico amoroso. Sin pensar que aquella promesa, duraría solo unos meses.

***

No acostumbro hacer notas de autor pero en esta ocasión es especial.

Llevo trabajando en esta historia un poco más de un año y está casi terminada. "De otro color" la escribo capitulo por capitulo así que no tiene un rumbo fijo pero ésta sí. Espero publicarla pronto así que espero la lean y le den una oportunidad en sus libreros virtuales. Cuento con sus votos, leídos y comentarios ya que me servirán de mucho en un futuro. 

Esta es una historia de mi completa autoría por lo que no es una fanfic

Aun no sé cuando subiré el primer capitulo pero creo que será la siguiente semana.

¡Buen Domingo e inicio de semana!  

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