❝Abrazos❞

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Sin esperar algún tipo de respuesta, Mikaela se posicionó detrás del ojiverde, rodeando con sus brazos el torso de este. Tomó las manos ajenas por el dorso y comenzó a manipularlo, agarrando el cuchillo con la mano derecha de Yū.

Yūichirō nunca pudo quitar ese color rojizo de su rostro, y en ese mismo instante, el rubio prosiguió cortando el resto de la zanahoria, apoyando su mentón en el hombro del azabache.

Pasaron unos minutos, en los cuales terminaron de cortar todas las zanahorias y ponerlas a hervir.

— ¿Lo ves, Yuu-chan? No era tan difícil.

—Sí, sí, ya vet... —Yūichirō decía restándole importancia, pero el ojiazul hizo que se interrumpiera a él mismo al plantarle un beso en la comisura de sus labios.

Instintivamente, Yūichirō abrió sus ojos como platos y en un acto reflejo echó su codo hacia atrás, golpeando el estómago de Mika a propósito.

— ¡Ouh! Yuu-chan, me golpeaste —se quejó, y en ese momento colocó sus brazos alrededor de su estómago como si estuviera protegiéndose de otro futuro ataque—. No era para que te lo tomes así...

— ¡Sí es para tanto! —exclamó el otro, enfurecido. Corrió con el ceño fruncido hasta donde se encontraba su compañero y lo empujó bruscamente hasta la salida, así podía cocinar tranquilo. Al ya haberlo sacado afuera, cerró la puerta fuertemente.

—Mika, ¿te encuentras bien? —preguntó Akane algo preocupada al ver a su amigo ser tratado de esa manera.

—Yuu-chan no aguanta nada.

Finalmente, Yūichirō había demostrado ser un buen cocinero, con algo de ayuda, claro. Ninguno de los niños dijo nada sobre el tema. La cena transcurrió tranquila, pero graciosa, como era de costumbre. Todos halagaron a Yū antes de irse a dormir, y se despidieron. A todo esto, Yūichirō respondía siempre con arrogancia y orgullo un: "Se los dije, soy bueno en todo".

Los últimos en subir fueron los dos mayores. El azabache se acostó en el piso de madera y se tapó con la manta. El rubio se puso a su lado.

Yūichirō sentía culpa por no haberle agradecido y no haberle dicho nada antes, puesto que merecía algo de cortesía de vez en cuando.

—Gracias... por lo de hoy —agradeció forzosamente el ojiverde, e inmediatamente le dio la espalda a Mika.

—Sabes que puedes contar conmigo siempre, Yuu-chan —le respondió sincero y con una sonrisa leve. Cautelosamente y juguetón, se acercó a Yūichirō y terminó abrazándolo por la espalda. El pelinegro suspiró rendido y relajó su cuerpo para aceptar ese abrazo tan cálido y así poder dormirse profundamente.


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me visitó doña inspiración y decidí subirlo (?)

no preguntes por qué este drabble tiene otro nombre si es la continuación del anterior. simplemente, no lo hagan ahre

¡ya 1k! los amamoooooooos<3

no prometemos maratón ni nada ahre pero de alguna manera les vamos a devolver todo<33333

Anillos de Papel [MikaYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora