Aquella noche había sido larga, sin sueños, para ser sincero había sido una de las primeras en las que no vivía atormentado con el recuerdo de la muerte de mi madre, simplemente era la primera, al menos en mucho tiempo. Al despertar, la ventana se encontraba cerrada, y la luz se alcanzaba a percibir desde la puerta, la cual se encontraba medio abierta, a mi derecha estaba mi ipod el cual retumbaba de manera constante por debajo de la almohada.
Me quede en la cama un par de minutos, mirando hacia el techo azul que se encontraba cubierto de estrellas, cada una brillando como aquella chica de ojos grises, ¡valla sus ojos!, un par de lunas que ni el propio ser humano podría presenciar en vida misma.
-¡Alicia!- Exclamo Lucia, desde la puerta
Al escuchar aquellas voces, todos mis pensamiento se desvanecieron, me puse de pie, salí de la habitación y baje las escaleras, me detuve a mitad de camino para así encontrarme con Alicia la cual mostraba los ojos completamente cristalizados, y las manos cubiertas de sangre, a su alrededor había vidrios hechos pedazos, al momento baje, y la rodee con mis brazos.
-Lo siento- me susurro al oído.
La abrace aún más fuerte, y después acaricie su rostro, seque sus lágrimas y por ultimo le regale en un suspiro una sonrisa. Lucia se encontraba tan molesta, que la tomo de un brazo.
-Limpiaras cada vidrio, y pagaras la caja de cristal que por derecho es pertenencia de esta casa- dijo apretándole el brazo, el cual aún se encontraba cubierto de sangre.
Alicia bajo la mirada, y de sus ojos al momento se desplazaron miles de lágrimas.
-Ella no pagara nada, probablemente ahora seas la esposa de mi padre, pero te falta mucho para formar parte de esta familia, o para siquiera llegar a llamarte mi madre- Dije mientras sujetaba la mano de Alicia, Lucia se quedó callada y en pocos segundos se retiro.
Enseguida Alicia me soltó, me miro y de alguna forma el silencio nos conectó de forma que las palabras no podían.
-Gracias- dijo y al momento tome una toalla, limpie su sangre, y vende su brazo, ella en cambio soltó esa risa tímida, que provocaba el que mi corazón latiera.
Valla que odiaba no su risa, si no lo que esta me provocaba.
-Sabes que lo odio.-dije sonriendo
-No puedo evitarlo, por cierto teníamos una clase de trato, ¿sabes?- dijo al morderse el labio
-¿Una promesa?, querrás decir
-No hagas promesas que vas a romper- dijo y enseguida me le acerque y le susurre.–Esas son las mejores.- de inmediato se sonrojo y me sonrió.
¡Diablos!, ¿Qué me estaba pasando?, me sentía tan vulnerable, no se el simple hecho de ver como aun en los malos tiempos, sus ojos aun radiaban aquel brillo de esperanza, y su sonrisa aún permanecía intacta.
...
Al rato llego Marina, y se colocó en el Jardín principal, donde yo me encontraba recostado en el césped contemplando el increíblemente hermoso atardecer, y junto a mi Alicia.
-¿subirás al auto o tendré que convencerte?-dijo Marina asomándose por la ventanilla del auto
Al escuchar su voz, me senté, mire a Alicia y sonreí.
-Hoy caminare- dije con una gran sonrisa en mi rostro
-Vamos no estés de broma, sube- dijo insistiéndome Marina
-Realmente caminare, quiero despejarme, al menos hoy. Es más para no preocuparte iré junto a Alicia.
Marina me vio fijamente y rio, me guiño el ojo y se alejo.
Alicia se quedó perpleja, de pronto me sonrió, se puso de pie y al instante se echó a correr, me puse de pie rápidamente, y fui detrás de ella, hasta en un momento tomarla de la cintura y girarla hacia mí, al quedar de frente, sus ojos se encontraban centrados en los míos, en un momento todo parecía irreal, una fantasía, no lo sé, era como si el tiempo fuera uno, solo nosotros dos solos, pero apareció Max.
-¡Wow!, esta casa es de ricos- dijo y al instante me vio; Alicia se alejó y yo solo me dirigí hacia el
-¿Qué haces aquí?- dije furioso
-Digamos que necesitaba encontrarte- dijo y al momento saco unos documentos de su chaqueta, el cual decía "Sebastián B,C".
-¿Lo robaste?- pregunte y al momento me quede perplejo
-Lo tome prestado- dijo el, entregándome así los papeles y barrio a Alicia con la mirada
-Hola- dijo dirigiéndose a ella
-hola- dijo Alicia regalándole una sonrisa
Al momento una sensación extraña me invadió; era como si en vez de mariposas, fueran abejas asesinas, y yo era la abeja.
-Bueno me lo trajiste puedes irte.- dije serio, y me coloque de espaldas frente a Alicia
Alicia se dio la vuelta, y tomo mi mano, de inmediato Max lanzo una carcajada.
-Vamos te acompaño a la puerta- seguí insistiendo
Max comenzó a caminar y cuando nos encontrábamos para la salida de la casa, me detuvo. –Solo venía a decirte que... - mordió su labio y comenzó diciendo.- es linda – me dijo y al momento dejo salir una carcajada.
De tiempo no comprendí, había algo más, recién conocía a Alicia, y no podía solo venir a decirme eso, pero decidí asentir, y dejarlo ir sin hacer pregunto alguna.
Max.
A veces podemos pasarnos años ignorando lo que nos vuelve vulnerables, hasta llegar a un punto, donde nos derrumbamos, el miedo vuelve, la inseguridad te atrapa, y los sentimientos te invaden por completo.
Pero de eso se trata la vida, sentir, sufrir, y morir de poco a poco en la ignorancia de lo que es saber vivir.
Meses atrás tenía miedo de ser juzgado, criticado por ser quien era, pero eso me llevo a decepcionar a muchos, y hoy quiero hacerlo bien.
Quiero salir del closet y atreverme, quiero jugármela por alguien, y que ese alguien sea capaz de aceptarme.
La sociedad a lo largo de la juventud, se ha encargado de dictarnos a quien amar, es decir; hombre con mujer, mujer con hombre, nos han metido tanto esa idea, que algunos de nosotros nos hemos vuelto cobardes, ignorantes y nos hemos privado de sentir, de soñar o siquiera imaginar algo con alguien de nuestro mismo sexo, pero valientes, luchadores no son aquellos que suben una torre y rescatan a una princesa, si no aquellos que son capaces de aceptar, y contradecir lo que con los años el ser humano nos ha dictado.
Hoy tengo elección, hoy puedo ver más allá, ser valiente, luchar y a la vez arriesgarme a ser rechazado, criticado, pero eso implica estar enamorado, tener el valor de soportar cualquier cosa con tal de estar a su lado.
Vale si surgen preguntas sobre mi orientación sexual, soy hetero, este capitulo lo dedico a una persona muy especial que me ha enseñado a aceptar a todos por lo que son, sinceramente yo la admiro mucho, porque ella es bisexual , y nunca se a rendido.
M.Jauregui ❤️te quiero babe.😁
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Ella se suicido, y todo cambio.
RomanceMeses antes, todo iba bien, o al menos eso pensaba antes de esas 2 noches, donde el metal cayó y el ya no apareció, cuando la mujer sonrió y se suicidó. El tiempo paso, y todo lo malo desapareció por un tiempo, hasta ahora. Soy Sebastian un chico...