Epílogo2

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Estoy corriendo junto a mi hijo, han asaltado Alexandria, corremos hasta donde creemos que estamos a salvo, pero me equivoco, hay un grupo enorme de caminantes enfrente nuestra, solo tenemos un camino y es a la derecha, mi hijo ya tiene doce años, lo he dado todo por él, absolutamente todo y ahora no va a ser menos, le doy mi arma. Los caminantes se han dado cuenta de nuestra presencia y vienen por nosotros.

-¿Mamá..?-pregunta Daryl al darle mi arma.

-Corre hasta que estés a salvo, busca a Maggie y a Glenn. Tenemos una promesa. No pares de correr y recuerda que te quiero más que nada.

Aún tenemos unos dos minutos antes de que se acerquen.

-Daryl, cariño.-me quito el chaleco de las alas de su padre y se lo pongo a él, le queda aún más grande que a mí, es lo único que he podido salvar.

-¿Qué quieres decir?

-Tienes que correr, pero quiero que recuerdes que aunque he hecho miles de proyectos en mi vida, tú eres el mejor de todos, del que estoy más orgullosa, eres lo mejor que tengo, eres tan parecido a tu padre que me cuesta creerlo, te quiero con locura, tanto como lo quise a él. Nos vemos luego pequeño Dixon, ahora corre. 

Noto el primer arañazo de el primer caminante, mi hijo da un par de pasos atrás asustado y se aleja corriendo, me dedica la última mirada con lágrimas en los ojos, me apunta a la cabeza para evitar mi sufrimiento, la bala impacta en mi cerebro, puedo ver como la luz del sol se apaga cada vez más hasta no ver nada, el dolor desaparece. Una luz vuelve a aparecer, esta vez es mucho más potente, noto como estoy andando, voy con un vestido blanco, hay una persona delante mía, miro mis manos, parece que han pasado diez años, estoy más joven. Miro a la persona de enfrente mía, tiene un pantalón negro, es su única vestimenta. Tiene dos alas enormes en la espalda. Se da la vuelta y noto ese cosquilleo en el estómago mirándole, como si fuera la primera vez que lo hago. Sus alas se han vuelto reales, han pasado de estar en su chaqueta a lo largo de su musculada espalda. Su pelo ahora es más largo y limpio, sus cicatrices han desaparecido y me abre los brazos.

Corro hasta él y rodeo sus hombros con mis brazos. Él me da un beso en la mejilla y me mira acariciándome la cara, su tacto es mucho más suave ahora, sigue teniendo ese aroma varonil que me encanta, me seca una lágrima que ha caído inconscientemente por mi mejilla y sonríe como casi nunca hacía.

-Has tardado mucho en subir, eso me alegra, pero ahora estamos juntos pequeña.-me susurra en mi oído.

-Te dije que nos veríamos en poco, Daryl Dixon.

-¿Siempre tienes razón en todo?

-No lo sé, solo sé que te he necesitado, cada parte de mi cuerpo lo ha hecho. Daryl, sabes perfectamente que mi cuerpo no era virgen, pero te lo entregué igual. Ahora quiero entregarte mi inmortalidad, quiero pasar el resto de nuestra eterna vida junto a ti, recorrer cada centímetro de tu piel, contarte millones de cosas y llenarte de miles de besos. ¿Estás dispuesto a hacer eso?

-Estoy dispuesto a ello, solo si es contigo.

-Solo si es contigo.-termino para besarlo. Sus alas se abren como acurrucándome.

Estoy de vuelta con mi corazón, mi cazador, mi marido, y ahora sí, mi ángel

See U Later, Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora