Hay ciertas cosas que pasan en la vida que a veces uno ni se explica por qué suceden. O quizás, ¿así lo quiso el destino?
Puedes llegar a conocer a una persona de tal manera, que con el tiempo sabes cada maña que tiene. Podrás sentir verdadero amor hacia esa persona y querer estar siempre con ella, pero a la vez no. Sabes que es un ser libre y no la quieres tener atada. Al estar con esa persona te sientes increíble, lleno de vida... No le temes a nada. Podrán tener momentos de intimidad, pero la amistad nunca podría perderse. Simplemente son los mejores amigos que saben que pueden ser.
Sí, ya sé que esto suena loco, pero puede pasar; que conoces a una persona así y la verdad, ¿dejarías de sentir por esa persona si de repente encuentra a alguien con quien estar? Quizá sí, pero te das cuenta que nunca se alejarían, pues ellos saben que se necesitarán el uno al otro. Siempre habrá una razón para estar juntos.
Aveces uno llega a preguntarse, ¿en qué momento fue que pasó todo esto? ¿En qué momento decidimos estar así? Si decidimos ser sólo amigos... Una situación medio complicada de entender, lo sé... Pero así sucedió, fue inevitable.
Uno de los dos podría querer más al otro, pero siempre estarían ahí. Para ayudarse en lo que sea que puedan ayudarse. Todo esto es como una clase de amor que no sería como los demás; sería algo raro, pero a la vez, sientes que está bien. A lo mejor no sea ese amor de querer quedarte con esa persona, pero sientes gran cariño hacia esa persona. No importa si se llegasen a alejar, tratarían de comunicarse y nunca se olvidarían.
