❤Capítulo 6❤

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Al parecer, más gente había construido otras cabañas como la de mis padres, la cabaña oculta se convirtió en un vecindario vacacional, el lugar estaba repleto de personas, estábamos rodeados de vecinos, debieron sorprenderse después de escuchar ruidos en la casa, claro, después de estar abandonada por años, era obvio que cualquier persona se sorprendiera, tal vez querían conocer a los habitantes, al parecer estaban muy ansiosos, no paraban de tocar, pensé en no hacer nada, pero los muy idiotas no se cansaban, así que abrí la puerta y vi a unas cuantas personas -Buenos días- dije con una gran sonrisa, esperando una respuesta amable, nadie hablaba, solo me miraban, pensé que podían estar buscando a Rose para alejarla de Alfred, eso no podía pasar ellos tenían que permanecer juntos, obvio, sin alejarse de mi, además, iban a arruinar nuestro juego -¿Que necesitan?- pregunté para acabar con el silencio -Vamos a entrar- dijo uno de ellos mientras otro corrió hacia mi, en ese momento azoté la puerta, mientras ellos me advertían que llamarían a la policía, iban a arruinar nuestro juego, así que me apresuré para terminarlo. 

Rose y Alfred estaban dormidos, no era posible continuar jugando sin los participantes, estaban dormidos y las personas malas iban a llegar, intenté despertarlos durante mucho tiempo -¡Oigan, por favor despierten!, ¿o es que ya no quieren jugar? por favor...- No sabía que hacer, en ese momento recordé lo que estaban haciendo antes de jugar, ellos tuvieron sexo, pensé que se habían cansado después de eso. 

En los vídeos se ve que es algo agotador, -Imagino que lo usaste mucho Alfred, debes estar exhausto, te entiendo, después de usar algo así de grande yo también me hubiera cansado, ¿te duele?- le dije sabiendo que no me escuchaba, -¿Y si te lo quito? Tal vez despiertes si lo hago, tu cansancio viene de ahí, fue lo único que utilizaste- Antes de hacerlo, quería saber como funcionaba, así que lo tomé con una mano, mientras que con la otra acariciaba sus testículos -¿Tiene sabor? ¿Por que lo intentaba comer Rose?- era lo único que pasaba por mi mente, en ese momento decidí probarlo, no se como describir ese sabor, nunca antes lo probé, poco a poco se volvía más grande, casi me asfixio intentando comerlo, creo que ese era el plan de Alfred, -¡¿Que intentas?! Me vas a matar si lo haces crecer más- Le grité mientras lo seguía acariciando, el no lo detenía, su intención era matarme,  -Alfred, si lo sigues haciendo, voy a tener que quitartrlo de una vez, te vas a cansar si lo vuelves a usar- antes de que se cansara al intentar matarme lo corté, él despertó de inmediato, -¡Funcionó! tu pene era el que te hacía dormir- Grité de emoción, pero el no se veía muy feliz, parecía que intentaba gritar, creo que el quería seguir dormido, tenía lagrimas en los ojos, seguro era porque no terminó de dormir.

 Él ya estaba despierto -Felicidades Alfred, has vuelto al juego- ahora faltaba Rose, intenté muchas cosas para despertarla,  -Rose, siempre me gustaron tus pechos, son más grandes que los mios- dije mientras los tocaba, mordí sus pezones suavemente hasta que se pusieron erectos, no tuve control sobre mi fuerza, apreté tanto que los arranqué sin querer, estaban sangrando demasiado, pero no era suficiente para que despertara. La golpeaba con botellas de cerveza que había dejado mi padre hace algunos años, tiré sus dientes de tanto golpearla, las botellas se rompían rápido, ya no quedaban muchas y ella no despertaba... 

Cuando me percaté no quedaba ninguna entera, no era posible golpear a alguien con ellas, en lugar de ser duras como rocas eran filosas como dagas, no era posible golpearla con ellas -Rose, hace un tiempo vi a una mujer meterse una de estas por la vagina, pero la que ella usaba estaba completa ¿Crees poder hacerlo?- Le dije, pero ella solo dormía, cuando intentaba meterla, se atoraban las puntas en sus labios, comenzó a salir mucha sangre, -Oh vaya, alguien no conoce las toallas sanitarias- grité para hacerla reír, pero ella seguía sin mostrar respuesta alguna, así que preferí dejar de hacerlo.

 Ya que el dolor no surtía efecto, intenté excitarla, comencé a lamer su vagina, aunque me daba asco la sangre, estaba haciendo algo que todos en la escuela deseaban, tenía que aprovechar la oportunidad, estuve mucho tiempo haciéndolo, pero no reaccionaba....

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¡Hola!

Otra vez yo aquí, si saben quien soy pues que bien y si no, lean el capítulo anterior, 

 ya deberían saber a lo que vengo por si no es así, 

solo les quiero recordar que lean las dos historias anteriores a esta

"Y a ti ¿te gustan las manzanas?" y "¿Qué hago con la carne?"

Ya que van a tener una conexión al final de esta historia. El final se acerca.

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ADIÓS

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