¿Me sacaran de aquí algún día?
No es por nada, pero es que me estoy cansando de esta vida.
Y sé que no tengo derecho a decir nada, que hay animales que han pasado más tiempo que yo aquí, que hay algunos que incluso han muerto aquí, pero es que me aburro. Me aburro mucho.
La vida de un conejo no es que sea muy entretenida. Mucho menos si vives dentro de una tienda de animales.
Básicamente un día nací. Sé que tuve diez o quince hermanos, de los cuales mi madre se comió a algunos por puro estrés, y que no llegué a conocer bien porque me separaron de ellos. De todas manera no me entristece porque los muy desgraciados me daban patadas mientras dormía y no había espacio suficiente en la madriguera. Tal vez por eso un día, sin comerlo ni beberlo, cuando desperté estaba aquí. En una tienda de animales ordinaria, llena de bichos, humanos que te miran con ojos de adoración y un montón de seres más de tu especie en la misma jaula con la que tienes que compartir cama, comida y espacio personal.
Y no me quejo de donde vivo ni mucho menos, esta tienda de animales y esta jaula enorme con un montón de los de mi especie me sigue pareciendo más acogedor y cómodo que la estrecha madriguera en la que nací y que tuve que compartir con una madre estresada y unos catorce hermanos pesados que no me dejaban comer.
De lo que me quejo es que es muy aburrido vivir aquí. Muy aburrido, muchísimo. Tanto que a veces se me pasa por la cabeza atacar a alguno de la jaula y establecer mi supremacía como el macho dominante solo para entretenerme un rato, pero no lo hago porque el verdadero macho dominante me da miedo. Algún día puede que lo haga, seguro, con tanto aburrimiento a lo mejor acabo haciendo alguna locura, como dejar de comerme mis propias heces, por ejemplo.
Pero siempre es la misma rutina estúpida.
Me duermo, me despierto porque algún subnormal me da una patada, me vuelvo a dormir, me vuelvo a despertar porque algún crío o algún humano del demonio está golpeando los cristales de nuestro "hogar", duermo de nuevo, me despierto porque tengo hambre, me levanto sobre mis cuatro patas para ir hasta el cuenco de comida, me peleo con los tres o cuatro estúpidos que hay allí comiendo sin parar, me resigno porque no me dejan comer, me como la estúpida comida procesada que los humanos nos han tirado y está repartidas en el suelo de la jaula, me quedo con hambre, bebo agua para saciar ese hambre, me voy hasta la esquina de la jaula y me vuelvo a dormir.
Ya está.
Esa es mi vida. Esa es la vida de un conejo en una tienda de animales.
Y es una mierda. Directamente. Es aburrida, estúpida, sin sentido, llena de peleas, incertidumbre y tensión por la supremacía de la jaula.
Supremacía que no sirve de nada, porque la única hembra de la jaula que hay aquí es una estrecha y se pone a bufar a la primera de cambio. Pues algún día sabrá lo que se ha perdido de este cuerpo serrano y este pelaje blanco, so tonta, desgraciada. Ella y los demás que viven aquí conmigo, les odio a todos, como a mis hermanos, a mi madre y sobretodo a los humanos que nos pusieron aquí.
Pero no es como si pudiera hacer nada. Soy un conejo normalito, con las orejas puntiagudas, de color blanco, los ojos negros y la nariz rosada. Muchos me dicen que soy mono y adorable, pero nunca me llevan a su casa. Muchos humanos se paran a mirarme, a apreciarme, pero nunca me llevan con ellos, nunca me adoptan, nunca me quieren. Están más ocupados mirando el precio que tengo, o lo adorable que es mi compañero que les hace gracias y carantoñas a través del cristal y se decepcionan al ver que yo no les hago caso, que solo me doy la vuelta, que sigo comiendo y que voy a mi bola.
¿Qué esperan que haga? Vivo en una jaula por el amor de dios, no voy a estar feliz y contento. Tampoco voy a estar dando saltos. Simplemente estoy disgustado, cansado, asustado por la gran cantidad de ruido que hay a veces en esta tienda y deseoso de salir de esta jaula tan angustiosa.
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Memories of a bunny (Disc.)
FanficLa vida de un conejo nunca será muy entretenida, mucho menos en una tienda de animales. Para su suerte (o no), un día llegaron dos humanos dispuestos a adoptarle, mirándole con algo de pena y adoración. Asano Gakushuu era un buen amo, sin ninguna du...