Infección Z: Supervivencia [#1]

SECUESTRADO

[Alejandro]

Estoy aburrido, Mati esta descansando, Paula esta lavando los platos, y yo acá, observando como esta todo Afuera. Quiero ir a buscar a mi prima, Belen, que por cierto es la chica que le gusta a el idiota de Mati.

Agarro un cuchillo y le digo a la pelirroja que voy a salir a agarrar unos cuantos zombies para practicar mi puntería, le mentí, porque si no, no me iba a dejar salir.

-Pero ten cuidado por favor.- dice ella algo preocupada.
-Si, no te preocupes, te veo al rato.- respondo y salgo lo mas silencioso posible.

Su casa queda a las afueras del centro, un alivio, porque sería un suicidio ir al centro con la situación actual. En fin, voy matando sigilosamente a los zombis que se cruzan por mi camino, por ahora no hay peligro alguno, cuando estoy saliendo de la ciudad, dirigiéndome a la casa de Belen, oigo unos disparos, subo por la escalera de un callejón para llegar al techo y así ver quien o quienes disparan, se escucha como una SPAS-12 que es una escopeta muy potente, también una Glock 20 y si no me equivoco una MP5, mi arma favorita, por su potencia de tiro, su daño y su diseño tan sofisticado.

Son un hombre de unos veintinueve, dos chicas, una de unos treintaiseis y la otra tal vez de unos veinticinco años. Yo, tuve mucha suerte, ya que al subir el techo me encontré con una Sniper, habrá sido de algún militar que protegía el ayuntamiento, y si, esas personas están atrincherados en la entrada del ayuntamiento, es imposible que entren los zombis, pero decido que podría sernos útil en nuestro "refugio", rápidamente comencé a disparar a los zombis que se acercan a la barricada, por suerte eran unos veinte muertos vivientes, disparo. Acierto, disparo, la bala le atraviesa el cráneo y le pega a otro, como dice el dicho, mate dos pájaros de un solo tiro, tire una pequeña carcajada y seguí disparando, hasta que ya no queda ninguno, la familia sale de la barricada, yo bajo del techo y me dirijo a ellos.

-Muchas Gracias por ayudarnos.- dice el hombre amablemente.
-No agradezca señor, fue un placer, por cierto, ¿Son ustedes nomás?- pregunto para saber si son más, sería favorable.
-Tenemos a mis dos hijos, Mauro de diecisiete y Mateo de quince años, son muy ágiles, iban a karate.
-Ok, ¿quieren venir a nuestro refu..- de pronto, siento un golpe fuerte en la cabeza, me desmayo al instante. De a poco voy recuperándome.
-Este chico, tiene refugio, podría servirnos de mucha ayuda, lo torturaremos para que nos diga donde está ubicado. Si no nos dice nada, lo mataremos.- escucho al hombre secamente.

Siento que me atan a una silla, me vendan los ojos y me ponen una mordaza en la boca. Quedo inmóvil sin poder decir, ni hacer nada.

Unos minutos después, siento un pinchazo en el cuello, me mareo, cabezeo para no desmayarme, pero no fue posible, pierdo el conocimiento. Despierto, tengo frío, hay silencio, demasiado diría. Escucho que se acerca unos pasos, me quedo callado, sin decir nada, el sujeto me desata de la silla y me lleva a quién sabe dónde. No me resisto, de todos modos me van a matar, no es que sea negativo ni nada, pero las personas en un apocalipsis solo quieren refugio, y matarían por uno, tal y como están por hacer por el mio. Les dije que tengo un "refugio" y no van a parar hasta saber donde está, la gente en un apocalipsis se vuelve asesina, lo llaman "supervivencia", yo diría que se llama "cacería" donde sobrevive el más fuerte.

De pronto paramos, me quita la venda de los ojos. Estoy enfrente de la casa de mi prima, Belen.

-Si no nos dices donde está el refugio, torturaremos hasta la muerte enfrente de vos a tu prima.- me susurra al oido y se que habla en serio.

Sin dudar, digo donde esta el refugió, pero a pesar de que les dije, van a la puerta y tratan de derribarla y lo logran. Mateo y Mauro, entran, luego la chica de unos veintinueve años, Roxana, entra con una pistola, la chicas mas joven, Angie, se queda conmigo, también el hombre, Cristian.

-¡¿Qué hacés?! ¡dijiste que no le harías nada!- grito con mucha irá.
-Ja Ja Ja, ¿Creíste que sería fácil? Mataremos a todos tus amigos frente de ti.- responde Cristian con una mirada muy maligna.

Me arrodillo, y comienzo a lagrimear. Todo esto es culpa mía, no debí salir solo. Si sobrevivo Matias me matará, estoy poniendo a él y a Paula en peligro. Unos minutos después de que entrarán a la casa de Belen, se escuchan disparos. Imagino lo peor, pero pasa algo inesperado.

-¡Levanten las putas manos o se mueran!- le grita mi prima a Cristian y a Angie.
-¡Tenemos a tu primo, piénsalo dos veces antes de cometer una estupidez!- grita el hombre con la voz temblorosa.
-¡No le hagas nada o te arrepentirás!- responde mi prima.

De pronto, se escucha un disparo, miro atrás. Cristian, tirado con una bala en la frente. Era un adolescente de unos dieciséis años, arriba del tejado de la casa de mi prima, con una Sniper muy potente, tan potente que destrozo la cabeza del hombre.

-¡Espera!- le grito al francotirador.- ¡yo lo haré!- le grito y asiente con la cabeza.
-¿Por qué me secuestraron?- le pregunto a la chica, la cuál esta temblando y suelta algunas lágrimas.
-Yo no tengo nada que ver, nuestro tío, nos obligaba.- dice casi llorando.
-Lo siento, pero no importa quien fue el culpable, estás de su lado.- respondo, agarro el cuchillo que tengo en la cintura, y se lo clavo en la cabeza.

Sale Belén de la casa y tiene su buzo gris con sangre, el chico que esta en el tejado baja, y me pasa la mano, también lo hago, mi prima viene y me abraza como nunca lo había hecho.

-Estaba muy preocupada por ti, estúpido.- dice casi llorando.
-No te preocupes, estoy bien, por cierto, tengo un lugar para refugiarnos, es de un amigo, que gusta de ti.- respondo y suelto una carcajada.
-¿Ah si? ¿Quién es?- pregunta curiosa.
-Ya lo sabrás.- respondo riéndome.- Por cierto, trae toda la comida y armas que tengas.

Entra a la casa, luego de unos minutos, sale con una mochila casi llena de comida, una katana, dos pistolas calibre .50, y el adolescente, Aarón, no suelta su Sniper, Sinceramente, yo haría lo mismo. En fin, comenzamos a caminar para la casa de Mati, hablamos de varias cosas antes de llegar.