Parte 6

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Perséfone era de muchas maneras una de las personas más complejas que conocía, se alegraba por cosas que a mi me intrigaban y me quitaban la paz. Eso la verdad no me parecía bueno, ni para ella, ni para mi. Jamás me había quedado claro que clase de mujer tenías que ser para estar a lado de una persona que sabes que, a voluntad, se dedica a lastimar a otras personas.

Esa misma noche nos movieron, nos cambiaron a una casa mas grande con patio y jardín, igual, amurallada y con guardias. Yo no había dicho más en toda la tarde, Noah estaba sentada afuera en un escalón y con la punta de los dedos acariciaba el pelo de Tod y con la otra mano jugaba con un cigarrillo el cual pasaba entre sus dedos. Perséfone tenía varias horas hablando por teléfono.

Me puse de pie, salí y me senté al lado de Noah.

-¿me regalas un cigarrillo? - le dije al sentarme a su lado.

-no - dijo viéndolo fijo - es el ultimo que tengo -

- ¿no te estrésa estar aquí? - me límite a comentar tratando de hacer platica.

- siempre tenemos que estar en algún lugar, siempre es así, no te desesperes- se limitó a comentar.

Nos quedamos en silencio, paso un rato en el que el silencio se volvió incómodo, justo estaba por ponerme de pie cuando comentó.

-¿ y a ti? - dijo sin mirarme.

- a mi ¿qué? - respondí

- ¿a ti te estrésa?- dijo todavía jugando con el cigarrillo

- si, la vida no es así, ¿sabes?- me límite a decir.

Por primera vez levantó la vista y me miró a los ojos - ¿como es la vida?- dijo de verdad intrigada.

- pues no se, la gente no va por ahí matando a otras personas, escondiéndose, con lobos, la gente va al super, lava la ropa, duerme, come, no tienen aviones y millones de camionetas negras que te transportan secretamente entre ciudades, la gente va al cine, se enamora y al banco y se frustra cuando va al super y no encuentra lo que desea, cumple años y hacen fiesta y pastel y cosas así - dije mirándola.

- jamás he ido al banco- dijo pensando seriamente.

- y ¿como tienes dinero? - dije.

-tampoco he tenido un pastel - dijo sin ponerme ningún tipo de atención- he ido al cine y al super y si lavo mi ropa- dijo ignorandome, tratando de enumerar sus normalidades.

Perséfone se acercó a mi, la verdad no la vi salir de la casa, me tomo del brazo y me jalo como siempre.

- dejala- se limitó a decir Noah sin mirarla, Tod se puso de pie y miraba a Perséfone muy fijo como cuidando cada uno de sus movimientos.

-yo te contrate y es mía así que la trato como me venga en gana- se limitó a decir mientras jalaba un poco mi brazo para mostrar su control.

Tod se inclino y empezó a caminar en círculos justo como antes de atacar a Caín.

-Noah no importa, deten al lobo- me límite a decir.

-ella me contrato para que nadie te lastimara, eso la incluye, no es por mi, Tod esta entrenado no lo puedo detener- dijo todavía sin miranos.

Perséfone me soltó despacio, yo me puse de pie y entre a la casa, ella entró tras de mi.

-no te quiero a su lado, tu tienes que estar donde yo este, pensé que ya te lo había dejado muy claro- dijo mientras me tomaba de la cintura.

- estabas hablando por teléfono y me ignorabas - me límite a responder.

-vamos a la ducha - se limitó decir mientras me tomaba por la cintura.

Las Noches de PerséfoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora