Capítulo 31

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"De bajadas y subidas, de la cima a la caída"

POV'S LUCY

−¿Se puede saber qué mosca te ha picado, bicho?

No había prestado atención a nada hasta ese momento. Aun seguía en shock. Nath intentaba hacerme volver al mundo de los vivos mediante golpes en uno de mis brazos. Pero únicamente era una figura que se erguía y vestía de marca.

−¡Tía! –Gritó Nath intentando llamar mi atención. −¡Qué ya han marcado al elfo!

Mis ojos se fijaron en el mostrador. Allí había el cíclope sosteniendo por los brazos a Owak como si se tratase de un saco de patatas. Debería reírme por ese acto de humillación, pero apreciaba un estado de decadencia y vago.

−Toma, Lucy. –Nath me ofreció un permanente de color negro. –Hazlo.

Acepté el objeto y me acerqué al mostrador. Sostuve a Owak en mis brazos. Pude apreciar que estaba exhausto, vencido, tenía los ojos cerrados y respiraba pausadamente.

Lo recosté en mis brazos y sonreí. Ahora recuerdo el motivo de mi benevolencia. A continuación quité el tapón al permanente y escribí en su frente: "PROPIEDAD DE LUCY" junto al símbolo de Chanel.

Y Nath y yo soltamos las mayores carcajadas de la historia. Habíamos marcado a un elfo.

−¿Cuánto le debo? –Pregunté al cíclope que nos atendió.

−Con una de vosotras nos conformamos.­−Respondió con suma tranquilidad y seguridad. Aquello me inquietó bastante.

−¿No se conformaría con un Alfa y un Beta? –Negocié con la misma tranquilidad y seguridad que el cíclope. –Tal vez no tengan la misma calidad que nosotras, pero son pasables. Las campanillas se lo rifan. Si quiere, mi amiga va a por ellos.

−Exacto. –Me apoyó Nath asintiendo y señalando la puerta. −¿Desde cuándo unas niñas de dieciséis años tienen mejor sabor que unos perritos gordos? Los chinos se estarían muriendo de ganas de cazarlos.

El cíclope estaba pensando nuestra propuesta. No dejaba de comernos con la mirada. Nos acercamos, debíamos protegernos. Miré por unos segundos las addidas y sonreí.

−Pensándolo mejor, −Anunció el cíclope con una sonrisa maliciosa. –prefiero a unas crías de dieciséis años con todo en su sitio.

­−Puede que cambies idea.­−Respondí con la misma sonrisa que él. –Además, ¿enserio crees que puedes atraparnos? Un ser tan sucio, pudiente y estúpido no sería capaz ni de rascarse la nariz. ¿Comprendes?

El cíclope respondió a mi sonrisa. Pero no sabía que se le avecinaba. El sujeto procedió a salir del mostrador.

­−Harían falta diez como tú para conseguir cogernos. Los cíclopes sois demasiado estúpidos. No sé ni cómo lo intentas. Deberías ir a chuparte un pie. –El cíclope seguía andando mientras que nosotras nos alejábamos.–Bueno, tú lo has querido. Te lo advertí capullo.

A continuación me quité rápidamente el zapato y se lo lancé. Pero, la bamba dio a un mostrario de cristal lleno de joyas rompiéndolo por consecuencia.

−¡Mierda! –Remugué en un susurro.

El rostro del cíclope se tornó rojo. Sus ojos se achinaron y su boca mostró esos afilados dientes que tal vez nos comerían. No le enfadaba que le insultaran sino que rompieran unas joyas que no valían una mierda.

−¡Salid todos! –Rugió este.

Como resultado empezaron a salir cíclopes por doquier que se acercaban a nosotras. Volví a quitarme el zapato y lo tiré a cualquier parte. Cogí la mano de Nath mientras que con la otra sostenía de mala manera al elfo.

Dos lunas muy petardas#WYNA #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora