Capítulo 17

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–¿Estáis hablando en serio?–Preguntó Marcus sin despegar los ojos de Nath, para después mirarme a mí.

–¿Sí...?–Añadimos las dos a la vez. Nos miramos y gritó Nath:

–¡Choca puta!

Las dos chocamos los cinco y reímos como cuales brujas y perras malas que somos. En realidad, solo nos faltarían los poderes sobrenaturales para ser una de ellas... Pero, ¡Qué digo!
Nosotras somos mejores.

–Y volviendo al tema...–Interrumpió Marcus soltando un suspiro. Creo que ya nos quiere matar.–Todos en Bridge Gohst Town estábamos preocupados por vosotras.

–Parece mentira que no nos conozcáis...–Solté en un suspiro y poniendo los ojos en blanco.

–Lucius y yo somos un huracán.–Añadió Nath con una sonrisa sorna.

–Aquí tenéis el postre, chicas.–Dijo Isabella interrumpiendo nuestra charla.–Los gofres tal y como me los habéis pedido.

Nos encontrábamos en la rústica cocina del que es mi lugar de residencia en estos momentos. Acabábamos de cenar pizza y ahora Isabella nos estaba sirviendo los gofres belgas recién hechos con nata, helado de vainilla y chocolate derretido.
Salivo al momento al pensar en el sabor de esa delicatessen.

–Bueno...–Dije tras cortar el primer pedazo del gofre.–¿Acaso dudabas de qué no iba a pelearme con todo el pueblo por su pésimo sentido de la moda? Y más con el sastre, que creo que se llama Brandon, tenía un gusto horrible. Y si no es por Isabella que nos ha comprado esta ropa, qué por cierto, es fabulosa. Ahora mismo vestiríamos como en la Edad Media, ¡y me niego a ello!

–Ejem...–Carraspeó Alfa sin dejar de poner atención a la conversación.

Miré a Alfa y Beta que seguían al lado del marco de la puerta la cocina vigilándonos ya que no se fiaban de nosotras.
Y nos les culpo de ello ya que yo tampoco me fío ni de mis propios actos.

–Oh, perdón. Ethan, mi supuesto novio, qué en realidad es un monedero because solo lo utilizo para que me mantenga y me pague la ropa y bolsos que quiero. Qué... Por cierto, ¡conseguí mi Luois Vuittone por fin!

–Y yo sin quererlo tengo uno de Prada.–Rió Nath señalando los bolsos colgados de un perchero en un extremo de la sala.

–Bueno... A mi hablar de ropa me importa una mierda. Prefiero qué me contéis lo del demonio y lo de los Titanes.–Dijo Marcus irónico.

–Ah, bueno...–Cogió el turno de palabra Nath.–Simplemente preparamos cloroformo...

–Ejem. Preparé.–Corregí.

–Bueno, que Lucius preparó el cloroformo y con el cacharro ese de los curas durmió a todos los putos lobos, me rescató y fuimos a tocar los cojones a Satanás porque esa misma mañana había querido hacer un trato conmigo, porque se suponía que Lucy me iba a matar.

–Y luego, en realidad no era Satanás, sino que era Samael el tío que recoge las almas y las lleva al infierno, qué también fue el tío aquel que me estuvo acosando hará un año porque decía que tenía que hacer un ejército conmigo.

–Y después de eso, le tendimos una trampa haciéndole creer que Lucy se iría con él.

–Dónde casi me muero...

–Pero qué sobreviviste...–Dijo de manera inquisitiva Nath.–Para luego irnos y escondernos en una cueva.

–¿Y dónde se supone qué está ese demonio?–Preguntó Marcus intentando procesar la información.

Dos lunas muy petardas#WYNA #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora