Me sentía mal, no pude dormir toda la noche porque la presencia de espíritus incrementó. No podía ni siquiera mantener mis ojos abiertos y me pase la mayoría de la clases recostada sobre mi banca sin hacer ningún apunte. Me quite los lentes y frote con pereza mis ojos, de seguro tenia un aspecto patético.
Cuando llego la hora del almuerzo, saque mi bento para comer pero ciertamente no quería comer, la simple presencia de los espíritus ; mas la falta de sueño, me quitaban el apetito.
Volvió a recostarme en mi banca y cerré los ojos, con esperanza de dejar de oírlos por un momento, increíblemente eso sucedió y entre por unos minutos en un estado de paz.Paz que fue interrumpida por el sonido de que alguien comía cerca de mi, demasiado cerca. Trate de ignorarlo hasta que la voz de aquella persona se hizo presente.
- Oye...
Doumeki, su voz me dio fuerzas y levante mi vista para ver que se había comido mi comida. ¡Ese maldito!
- ¡Tú,... ¿quien te crees para comerte mi comida?!
- De todas formas no ibas a comértelo.
- Pero eso no te da derecho de comerlo sin mi permiso - suspirando - si tuviera energías te daría una paliza.
Me volví a recostar para poder atrapar el sueño que tanta falta me hacia, pero no lo lograba. Sentía; aunque no lo viera, que Doumeki tenía su vista puesta en mí. Pero no me levante ni nada por el estilo, solo continué recostada.
- Deja de mirarme baka.
- Deberías regresar a la tienda - hablo él con voz tranquila.
Y ahora si me levante y lo encare - Ya dije que no ire a esa tienda otra vez y no me harás cambiar de opinión. Así que largate y no trates de convencerme.
- Tendrás que ir, ya pediste tu deseo y tienes que pagarlo para que sea cumplido.
- No recuerdo haber pedido ningún deseó. Y no quiero estar en un lugar que tu también visites; aunque la escuela es una excepción.
- Yo no voy a esa tienda a menos que sea necesario.
- Pues te felicito - me levante y junte mis cosas para dirigirme a la salida - y te informo que eso no me interesa.
Salí de aquel lugar, aun era temprano para salir de la escuela así que lo mejor; por no decir lo único, que podía hacer era ir a la azotea a dormir. Cuando respire el aire fresco, sentí una gran tranquilidad, me recosté y por fin, al cerrar mis ojos, tome aquel sueño que me hacia falta.
° ° ° ° ° °
Desperté al sentir algo saltar sobre mi y dejar mis pulmones sin aire, cuando enfoque la vista, en busca de lo que había causado eso, me encontre con aquella cosa llamada Mokona.
- ¡¿Que demonios te pasa?, ¿por qué saltaste encima de mi?!
- Quería despertarte solamente... Watanuki.
Tome al bollo negro y comencé a sacudirlo con un poco de fuerza y furia mal contenida.
- ¡No tenías que hacerlo de esa manera, casi me matas! - suspirando y soltando a Mokona - Olvídalo, ¿que haces aquí?
- Quiero que me acompañes a la tienda.
- No lo haré, no voy a dejarme convencer por tí ni por nadie, así que espero que les quede claro.
- Pero yo no lo decía con esa intención... Es que me he perdido.
- Pues dile al tarado de Doumeki que te lleve de vuelta.
- Él no puede hacerlo, hoy entrena hasta tarde en el club de arquería.
- Esperalo y listo - levantándose - yo tengo mejores cosas que hacer que regresar a un conejo extraviado a su ama.
Saltando a los brazos de Watanuki - Pero Mokona no puede estar sola, además de que tengo hambre.
- ¿Si te llevo a la tienda... dejarás de fastidiarme?
- Lo prometo.
Salí de la escuela y todos me señalaban por llevar un peluche, y valla que era raro ver a un hombre con un "peluche". Valla si supieran la verdad se sorprenderían mas.
Recorrí las mismas calles que la otra vez y de nuevo encontre ese lugar, no puedo creer que este de nuevo aquí. Baje a Mokona, cuando estuvo en el suelo de la entrada me di la vuelta para irme pero ella de nuevo salto a mi espalda.- ¿Te vas tan pronto?
- Si, ya te traje ahora me voy.
- Pero quiero agradecerte.
- Con que no vuelva a aparecer frente a mi sera suficiente.
- Mokona.
De nuevo esa voz, era la dueña de la tienda, la loca que dice me puede ayudar. Cuando la vi llevaba un kimono azul, y para variar estaba fumando.
- Veo que has logrado cumplir la tarea que te encargue.
- Si, pero Yuko.... no quiere pasar - agachando las orejas.
- Con que la hayas traído basta, yo haré que pase.
- Así que todo esto era una trampa - suspiro - ya no se debe confiar en un conejo mutante que habla, ¿en que mundo vivimos?
Tomando a Mokona - Vivimos en un mundo de los miles que existen, pero obvio todos los humanos ignoran ese detalle. - viendo a Watanuki - Pero si te refieres al entorno que tienes, te diré que ese no es el apropiado para tí, ya que tu eres único.
- ¿Por que no es apropiado para mí?
- Porque no eres como ellos, tú eres especial por el simple hecho de ver a los espíritus.
- ¿A que quiere llegar?
- Tú deseó es dejar de verlos y yo puedo ayudarte a cumplirlo - tomando a Watanuki de la barbilla para verlo a los ojos - ya que pronto sera peor para tí.
- Si es verdad todo lo que dice, esto me caería como anillo al dedo. - separándose - ¿Cual es el preció?
- El precio... es que trabajes para mí. Ya que algunos deseos necesitan de tú habilidad.
- ¿De que serviría ver espíritus para cumplir deseos?
- Lo veras pronto... sí aceptas el trato.
- De acuerdo... acepto, pero espero que no me engañe.
- No tengo motivos para hacerlo - sonriendo - al menos no por nosotros.
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Una extraña forma de amor
Fanfiction¿Es verdad que todo es inebitable? ¿Cada persona tiene un destino? ¿Existe el hilo rojo del destino? Estas preguntas siempre rondan mi mente, pero nunca las puedo responder. Siempre he creído que esas cosas son inventos de la gente para explicar su...