Saga de Géminis.

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Me quite la armadura y la deje a un lado, me desplome en el sofá de mi habitación. Puse mis brazos en mi cara tratando de recuperar energía que había perdido en una larga caminata de cuatro días seguidos. Las misiones que me asignaba Shion eran aburridas y por ende las hacía sola.

Unos ruidos en el armario me alarmaron con cuidado me encamine hacia el allí, puede que sea un caballero de Athena pero hasta a mí me causa desconfianza unos sonidos en un armario vacío, lo abrí lentamente y un manojo de cabellos rojizos se abalanzó sobre mí, causando qe cayéramos al suelo.

— ¿Kiki que hacías ahí?

—Solo quería asegurarme que llego con bien señorita (t/n) — responde con inocencia.

— ¿Y tenías que esconderte en mi armario?

—Quería asustarla.

Después de hablar con Kiki y decirle que es de muy mal gusto meterse en habitaciones ajenas para bromas, tome una ducha y no quise cenar, me coloque una camisa de tiras y un short bastante corto. Saque un libro debajo de mi cama, "historia de dos ciudades" sin duda mi libro favorito el cual no me cansaba de leer, "era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos" en ese instante tocaron la puerta de mi habitación.

— ¡¿Se puede saber qué demonios quieres?! — grite abriendo la puerta, encontrándome con un pecho de hombre, subí mi vista lentamente y Saga estaba frente a mí, me sonroje ya que él estaba solo en un pantalón de pijama y yo... en mi nada abrigador short.

El geminiano aparto su mirada, un leve color carmesí era prominente en sus mejillas, quería verlo así, me incline un poco para ver mejor su rostro pero no calcule bien y casi logro besar el piso de no haber sido por Saga que me ha sujetado, nuestros rostros quedaron muy cerca.

— ¿Saga que haces aquí? — le indague con nerviosismo separándome de él e invitándolo a entrar.

—Quería ver si estabas bien — respondió con desazón.

—Pues estoy bien, muchas gracias por preocuparte.

—Me alegro mucho.

Está a mi lado con las manos en su regazo mientras que yo como boba sentada mirando su perfecto perfil, él es realmente apuesto, sin duda los géminis son uno de los guardianes más guapos, me encantan sus ojos que emiten misterio, sus finos y delgados labios, su cabello suave —según lo puedo apreciar— y ni hablar de su cuerpo, él es un dios completo, me hipnotizaba cada vez que lo miraba.

Él me miro y yo por inercia aparte mi rostro rápidamente, sentí dos dedos en mi barbilla y segundos después mi mirada estaba conectada a la de géminis, mi cara estaba roja completamente eso lo podía asegurar.

— (T/n) yo realmente quería decirte algo— Saga aparto sus dedos de mi rostro y coloco sus manos en mis hombros, ¡Por Hera esto se siente tan bien!

— ¿Qué es... lo que quieres decir? — indago entrecortadamente.

—Sé que es repentino y así... pero me gustas.

¡¿Qué le gusto a Saga de Géminis?! Creo que ha consumido muchas drogas.

—No te quedes callada, quizá mis sentimientos no sean correspondidos pero yo...

No lo deje terminar y lo abrace.

—Saga bueno...yo me gustas igual.

—Pensé que no te gustaba.

No tenía idea como pero ahora estaba en sentada en su regazo, él mantenía sus manos en mi cintura y yo alrededor de su cuello escondiendo mi cara, mientras que mis manos jugaban con su cabello y como lo había dicho antes, eran suaves.

— ¿Desde hace cuánto te gusto? — le indagué.

—Desde que viniste al santuario, hace tres años.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Creí que me rechazarías.

— ¿Por qué ahora te decidiste en decírmelo?

—Por qué no podía estar tan cerca de ti pero a la vez tan lejos.


No pude más y con esas románticas palabras tuve el impulso necesario para poner mis labios en los de él.
¡MALDITA SEA! ¡AHORA QUE HAGO ESTE ES MI PRIMER BESO! Saga empezó a moverlos después de unos minutos de solo estar presionados, el beso era tierno no tenía idea de cómo hacerlo hasta que sentí sabor a sangre, Saga alejo su rostro un poco.

—No presiones tanto nena — pude divisar que le había mordido un poco el labio.

¡Hera, soy una salvaje!

—Sí, eres una salvaje — dice riendo seductoramente.

— ¿Qué? ¿Espera? ¿Com...?

No termine porque ahora Saga juntos sus labios con los míos en un beso brusco y sexy, su mano que estaba en mi cintura paso a mi trasero mientras la otra masajeaba mi cuello, yo baje mis manos por su pecho descubierto.

Este hombre solo se creó con un propósito para comerlo y violarlo todos los días de mi vida.

Separo sus labios otra vez.

—Hazlo.

— ¿El qué? — pregunte.

—Cómeme y viólame, todo lo que quieras.

Lo abrace muy fuerte, él me agarro de mis caderas y me arrecosto en la cama.

Me da demasiada vergüenza decir lo que vino después pero jamás me había sentido así, pase de cansada a excitada con solo uno de sus roses en mi piel, sus besos en mi cuerpo, sus caricias que me llegaban hasta el alma y todo lo hacía con amor.
Saga cayo en mi pecho desnudo y cansado, yo también lo estaba me dolía todo el cuerpo, pero no se lo diría no quería que se apartara de mi lado este era el mejor momento de mi vida y quería estar así para siempre.

— (T/n) — me hablo Saga.

— ¿Si Saga?

—Te amo, realmente te amo.

—Yo también te amo, no tienes idea de cuánto.

Nos miramos la última vez, nos dimos una sonrisa y un beso me acomode a su lado y me dormí al lado del hombre que amo.


Saint Seiya [One Shot's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora