Saint Seiya [One Shot's]

Afrodita de Piscis.

Es un tonto, engreído, narcisista, ególatra, prepotente... Es un imbécil completo ¡Ah, lo odio tanto!

 —¿Por qué no lo admites? Querida ya sé que estás enamorada de mí.

¿¡Pero qué le hace pensar que yo estoy enamorada de él!?

—Oh sí, pero un dios griego como tú no puede estar con una plebeya como yo — respondó sarcásticamente.

 —Claro (t/n), alguien como tú no me llega ni a los talones pero puedo hacerte el favor —dicta con cinismo y prepotencia lanzando esa mirada de superioridad que tanto lo caracteriza.

¡Maldito pez enflorecido baboso!

Cree que solo por ser el caballero más hermoso entre los 88 puede tratarme como se le venga en gana ¡Pues no señor! Que sea hermoso, y tenga ese cuerpo de ensueño y esa mirada tan cautivadora y eso labios tan sensuales y ese trase... ¡Carajo (t/n) reacciona!

—¡Lárgate Afrodita!

— Pero si eres tú quien está en mi templo— responde a la misma que alza una ceja.

—¡Agh¡ ¡Te odio! — le gritó con coraje.

— Oh no querida claro que no.

—¿¡Cómo lo sabes!?

—Por esto.

Tira de mi brazo atrayéndome hacia él, rodea mi cintura con sus brazos pegándome en su pecho, forcejeo para que me suelte de su comprometedor agarre pero, de una forma pasional y "salvaje" une sus labios contra los míos moviéndolos levemente.

La sensación no es para nada mal, así que sin más preámbulo me dejó guiar por él, su beso me hunde en un mar de sensaciones exquisitas haciendo que me piedra en sus labios y en él. Paso mis brazos por su cuello para profundizar el beso y empiezo a entrelazar mis dedos en su sedoso y perfecto cabello.

Pasado unos segundos nos separamos, Afrodita me observa con una mira de victoria mientras que yo tengo el rostro rojo y aparto mi vista de él.

— ¿Me sigues odiando?—  pregunta esbozando esa hermosa sonrisa que me cautiva cada vez que la veo.

—Si aún tonto.

—Ya lo creo.

Y vuelve a besarme con ese frenesí.
Y como dice esa tonta canción peleamos, nos arreglamos, nos mantenemos en esa pero nos.... ¡no ni loca no puedo amar a este tonto!

Aunque el amor y el odio son cuernos de la misma Shura, perdón, cabra...