Saint Seiya [One Shot's]

Aioria de Leo.

Advertencias: Leve OoC y lemon.
Es la primera vez que escribo lemon, así que si les gusto o les dio cáncer haganmelo saber. 

Hace tres años salgo con Aioria, hasta la fecha me es imposible creer que este conmigo dado a que nuestras personalidades difieren en muchos aspectos.

Recuerdo perfectamente el día que comenzamos a salir, fue algo pusilánime y debo decir que no fue una romántica y menos detallista, sin embargo ese día se llevó algo muy importante para mí cosa de la cual no me arrepiento.

Habíamos salido a dar un paseo a un bosque cercano, tanto como él y yo apreciábamos aquel mar de árboles teñidos de distintos matices de naranja, amarillo y rojo. No solo por su belleza sino también por la serenidad y paz que emanaba aquel lugar.

Estando en el corazón del bosque, encontramos un hermoso lugar donde descansar y pasar un rato: un mirador.

Este se encontraba en la cima de una montaña de aquel lugar, la vista era hermosa, podías contemplar la belleza del ocaso y el crepúsculo. Perdiéndote en aquel océano de auroras y colores otoñales.

Nos sentamos ahí a apreciar aquella puesta de sol de octubre.

—Siempre me ha gustado esa mezcla de colores —dije, realmente mis palabras no iban dirigidas hacia él, hablaba conmigo misma— Es como si recordará mil sucesos, pero no precisamente míos si no recuerdos retenidos en el espacio... podría apreciar esta puesta eternamente.

—Realmente los atardeceres son hermosos.

Él solo giro su mirada hacia la mía y esbozo una dulce sonrisa, con la cual entendí que me daba la razón. Un silencio nos invadió, pero a diferencia de otros este era reconfortante y ameno.

— Oye... (t/n)... —dijo mirando hacia al horizonte. — ¿qué pensabas de...? No... Olvídalo... —finalizo, dejando sin terminar lo que realmente quería decirme.

—Ah no, ahora dices lo que comenzaste, sabes perfectamente que detesto que empiecen diciendo algo y luego no me quieran terminarlo — Respondo haciendo un puchero y riendo, aunque él sabe que hablo en serio.

—Testaruda— Ríe y vuelve a esbozar una sonrisa, con lo lindo que se ve. La hermosa luz del sol resalta sus hermosas orbes esmeraldas haciendo que se vean grisáceas y profundas.- Te preguntaba que... ¿Qué pensabas de mi cuando estaba de parte del patriarca ? ¿Siempre te agrade?

Transcurren un par de segundos, y no precisamente porque la pregunta me haya tomado por sorpresa, si no que jamás me le había dicho lo que realmente pensaba de él, aunque fuese importante para mí me abstengo a decírselo.

— Pues me enfurecía el hecho de que no razonaras ante lo que era palpable, tenia miedo de que algo te sucediera... cuando me entere que los caballeros de bronce se enfrentarían con los dorados me embargo una sensación de desasosiego e inquietud.

—Ya veo...

Se gira hacia mí, cuando menos lo veo venir sus labios aprisionan los míos y me quedo estupefacta, mil cosas se me vienen a la mente y la principal es que no sé qué hacer. Solo estoy aquí quieta esperando que mis labios emitan algún movimiento y después de lo que fueron al parecer cinco segundos eternos, logro convencer a mis músculos ejercer movimiento alguno.

Cierro los ojos lentamente y me dejó llevar por aquellos delicados y delgados labios, igualando sus movimiento, perdiéndome en aquella exquisita sensación, ahora solo estamos él y yo, en un hermoso manglar de sauces y demás árboles, cuando ambos carecemos de oxigeno nos separamos.