Día de las madres

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Estaba en la cocina de su casa intentando preparar el platillo favorito de la pelirroja. Aunque él nunca fue malo en la cocina, este platillo era especial y se podría decir que sólo a ella le salía magnifico.

Intentaba hacer todo lo que decía en ese recetario. Llegó el momento de hervirlo y esperar.

— ¿Lo ves? no está tan mal —pero de pronto, todo el contenido que tenía ese sartén salió esparcido, manchando su ropa —. ¡Oh, lo que me faltaba! —exclamó, intentando limpiarse la cara —. Creo que debí haber esperado a mamá... ¿Sabes que es más ridículo? Que yo estoy aquí, manchado y hablando con mi hijo de tan sólo cinco meses de nacido, que usualmente está todo el día durmiendo, pero ahora, casualmente, está despierto —le dijo Steve al pequeñito que estaba en el asiento de bebés. El pequeño pelirrojo sonrió mientras tenía su mordedera en la boca —. Debemos cambiarnos antes de que mami llegue —Steve limpió lo más que pudo su ropa y cargó a James.

Subió hasta la habitación que compartía con su ya esposa. Buscaba lo más adecuado para ponerse él y también buscaba entre los mamelucos de James algo bonito que ponerle.

Se sentía triste porque le hubiera gustado tenerle una hermosa sorpresa Natasha. Con su comida favorita, velas por todos lados... James comiendo su papilla... una cena en familia. Todo le había salido mal. Esperaba que al momento en que ella llegara se llevara la sorpresa de que él se había esforzado en complacerla, más por ser su primer día de las madres.

¿Dónde se encontraba Natasha? ella se fue a festejar e invitó a Pepper para que la acompañara en su día relajante en el spa. Por eso había planeado todo esto, pero no resultó. Ahora lo único que tenía era ropa tirada, platos sucios y la cocina hecha un desastre...

— ¡La cocina! —se dijo a sí mismo, alarmado.

Cambió rápidamente a James y bajó. Acomodó el porta bebé en la sala, así Steve se pondría a limpiar su desastre.

Se puso un mandil listo para arreglar la cocina pero... se escuchó la puerta.

— ¡Qué día tan relajante! —expresó la pelirroja, entrando por la puerta.

—Na...Na...Natasha. ¿No ibas a llegar hasta la noche? —tartamudeó, con el mandil en las manos. A los segundos, se dio cuenta y lo arrojó lejos antes de que ella lo viera.

—Steve, ¿por qué estás tan nerviosito? ¿Qué hiciste? —habló la pelirroja, con las manos puestas sobre su cintura.

—Nada —contestó, aún más nervioso.

—No sabes mentir, Rogers, pero tarde o temprano lo descubriré —dijo, con una sonrisa de malicia —. Voy por agua.

— ¡Mierda! ¡No, lenguaje! —susurró.

— ¡Steven Grant Rogers, ven aquí ahora! —gritó Natasha, desde la cocina.

—James, quedas como testigo de mi muerte —le dijo al bebé, un tanto asustado.

Steve fue hasta la cocina.

— ¿Qué significa esto? —señaló los restos de comida en las paredes. Le dio una mirada de enojo, pero algo planeaba.

—Es... tu regalo del día de las madres —dijo cabizbajo. Natasha sonrió ante el comentario y el rubio la miró extrañado.

Se acercó a él y le dio un beso en los labios, un largo beso.

—Gracias —le agradeció, sonriendo —, pero... es un desastre —no podía evitar pensar en su sorpresa fallida y en lo que ella pensaba.

—La intención es lo que cuenta, amor —iba a besarlo, pero éste se separó rápido y dijo:

— ¡Wow! ¡Alto ahí! ¿Natasha Rogers Romanoff diciéndole amor a alguien? ¿Estaré soñando o delirando de fiebre? —tocó su frente, un tanto dramático.

—Cállate, tonto —le respondió entre sonrisas —. Ahora eres mi esposo, y por lo tanto te puedo decir amor... pero sólo yo.

— ¿Ni Tony? —cuestionó en son de broma.

—Ni el estúpido de Stark —contestó, sonriente —. Vamos a comer por ahí. Arregla un poco la cocina, mientras iré por James.

Natasha tomó a James y le dio un beso en la frente. Estaba tan despierto y amaba verlo así, ya que, era un niño que dormía todo el día.

Sin duda alguna ese pequeño cambió su vida por completo. La primera vez que lo tuvo en sus brazos sintió la necesidad de protegerlo siempre, toda la vida.

Amaba la familia que había formado. Después de todo, esos obstáculos valieron la pena. Bruce Banner, Sharon Carter, la guerra civil, la guerra infinita, todo. Ahora estaban retirados para dedicarle tiempo a su matrimonio y a su bebé. Tal vez cuando James sea más grande consideren volver a los vengadores, pero se habla de un tiempo muy lejano y no es seguro. Ahora lo único que le importa es disfrutar y ver crecer a su pequeño; vivir su matrimonio feliz con el hombre que ama y recibir estos lindos detalles en el día de las madres.

FIN

Especial de día de las madres, espero que les haya gustado y éste es un pequeño regalo a todas las madres, aunque no lo lean<3

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Intento corregir lo más que puedo, pero es que me es difícil viendo todos esos horrores :'v aun así, espero que ya sean menos 7u7.

Retomamos el apartado :) Recuerden que son one-shots dedicados a romanogers family<3





James Rogers Romanoff.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora