Sin ti.

La propuesta.

Goku.

Llegue a casa feliz de la vida. Con el olor a Milk en todo mi cuerpo y su esencia. Por Kamisama la amaba, estaba enamorado, por primera vez en mi vida. Sentía que estaba levitando. Llegando a mí cuarto tirándome en sima de la cama. Sin dejar en pensar en Milk. En sus besos, su piel su voz EN TODOOO... pero la presencia de Bulma llego al lugar, muy molesta para variar.

— ¿Dónde estabas Goku? — pregunto casi a gritos.

— En el paraíso — conteste sin mirarla y sin pensar.

— ¿Cómo que en el paraíso? ¿Acaso estabas entrenando con Kaiosama? — pregunto de nuevo suspirando.

— Si estaba con Kaiosama — mentí sonriéndole al techo.

— Mírame a la cara cuando te este hablando Goku. — reprendió golpeando mi pierna.

Me sente en la cama con naturalidad.

— Olle Bulma... ¿Por qué no nos divorciamos? — le dispare mirando su cara de terror.

— Que... ¿Qué dices? — tartamudeo temblando.

— si... separaron no tiene caso seguir casados — le dije subiendo los hombros.

— ¿ COMO QUE NO TIENE CASO? — estallo.

— Vamos Bulma... tu sabes que ya no es lo mismo...te quiero mucho y lo sabes pero...

— Esto es por que no quiero darte hijos ¿no? — adivino.

Me quede callado.

— Sabes, te puedes ir a la mierda por que no te daré nada — contesto.

— Pero eso no es justo Bulma, tu jamás me quisiste dar hijos además yo si quiero.

— No firmare nada Goku.

— Bueno has lo que quieras...para mi ya no eres mi esposa. — le dije normal quitando mi camisa para bañarme.

— Pues tu si eres mi esposo y punto final. — dijo saliendo como huracán por la puerta serrándola.

La ignore recordando que tenia que hacer...mmm a si tenia que buscar a Uranai para una consulta. Preparándome lo mas rápido que podía para darle una visita y aclarar una duda que tenia. Ignorando la amenaza de Bulma, importándome muy poco.

Milk

Goku estaba loco...bueno yo igual esto no podía ser mas. Yo no era una rompe hogares, tenia que hacer algo para alejarlo definitivamente. Terminando de preparar la comida, viendo como el príncipe esperaba impaciente su café. Sabia que Vegeta no diría un no a ninguna de mis peticiones. Aun que fuera frió y lejano me demostraba su afecto de muchas maneras. Sentándome frente de el, con la mirada perdida en la taza de café.

— ¿Qué es lo que siempre has querido? — pregunte observando como curvaba una sonrisa.

— La inmortalidad, riquezas, poder, descendencia pura y sobre todo mi trono — contesto como si nada arrogantemente.

— ¿Sabes lo que yo quiero? Una casa en las montañas, hijos saludables, una vida tranquila, trabajar la tierra y olvidarme de todos. — le dije con seriedad muy molesta.

— Eres muy humilde para ser una princesa — dijo curvando una sonrisa.

Nos quedamos en silencio, suspire acomodando mi cabello tomando un sorbo sin pensar.

— Vegeta ¿Por qué no nos casamos? — propuse.

El príncipe se ahogo con el café y luego lo escupió tosiendo sonrojado hasta la coronilla.

— Mujer... POR QUE ME HACES ESTO.... TU Y TUS IDEAS LOCAS.

— No de hecho es una buena idea.... — apunte como si nada.

— Ya esto es demasiado me largo a entrenar. — dijo levantándose del asiento aun sonrojado

— ¿Lo pensaras? — le grite mirando como me hacia una seña para que me callara. El no era tonto, sabia que una parte lo hacia para quitarme de enzima a Goku. Aun que no amara a Vegeta de la misma manera que amaba a Goku no era una mala idea. Los dos éramos de sangre real y así Goku no se separaría de Bulma y no lastimaría a una tercera persona.

Goku.

Llegue a la casa de Uranai para la consulta, trayendo el dinero que cobraba por ella. Quería saber como hubiera sido la vida si Milk hubiera ido al torneo y me hubiera casado con ella. Pero lo que vi no me gusto. Ella sufría mucho por mi ausencia, Lloraba todo el tiempo. Criando a nuestros hijos sola a causa de mis batallas. Se me rompió el corazón verla asi. Por mi estupidez le hice mucho daño cabizbajo cuando la bruja dejo de mostrarme las imágenes en la bola de cristal. Tal vez lo mejor era que me alejara de ella. La vida a mi lado seria un castigo para ella. Solo provocándole dolor y ella siempre fiel, esperándome. Eso no era justo...no merecía eso. Pero por Kamisama como la amaba, la vida a su lado para mi era el paraíso y para ella una pesadilla.

—Goku creo que es mejor que dejes las cosas como estan — dijo Uranai con sabiduría.

— Pero yo la amo — le dije sollozando.

— Lo se...no importa con que mujer estés tu destino siempre sera Milk son tu corazón no pertenecerá a nadie mas que a ella en cualquier mundo o universo que estés. Ella es tu bendición Son Goku — explico Uranai — Pero tu torpeza solo le a hecho daño ¿Acaso quieres causarle mas lagrimas a esta pobre mujer?

— No...yo no quiero eso...quiero que sea feliz.

— Pues hazme caso muchacho, aléjate de ella. Se que será difícil pues están ligados pero sera lo mejor para los dos.

— Lo pensare Uranai.

— Usa tu inteligencia Son Goku... estas destinado a grandes cosas y el peso de la tierra esta en tus manos.

— Lo se — conteste con cansancio. Mirando nuevamente a Milk que era mi esposa teniendo a mi hijo en sus brazos cantándole una canción, sentada en el balcón cerca de la casa de mi abuelito.