Capítulo tres: Joel Simons.

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N/A: Tengo la semana algo tranquilita... algo, pero la que viene es de locos, y bueno... la siguiente ya ni os cuento, así que, como ya había acabado el capítulo, pues me he dicho: voy a subirlo... Pa' por si...
En fin, aquí os dejo el tres, espero que... os guste. No lo he pasado precisamente bien escribiéndolo (de hecho, alguna que otra lagrimilla se me ha escapado... en mitad de clase D:)... Y también he tenido que investigar sobre el tema... He de decir, que lo he intentado hacer lo más real posible... Yo no he estado nunca en esa situación (gracias a Dios)... Así que, quejas, fallos, etc, etc... A mí, supongo. Espero que os guste.
ACLARACIÓN: letra normal: tiempo de narración (actual, vaya). Cursiva, recuerdos.
Capítulo tres.

"No podemos prever lo que la vida va a depararnos

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"No podemos prever lo que la vida va a depararnos.

Las mayores alegrías se vive cuando menos se las espera."

-El Principito.

¿Te ha pasado alguna vez que, has estado durmiendo tanto tiempo que no has podido abrir los ojos, moverte o casi, ni pensar con claridad?
Durante un buen tiempo, mi vida fue básicamente eso, un pesado sueño del que no podía despertar, en el que no era dueño de mi propio cuerpo...

-¡¿Doctor?!- gritó una angustiada voz. -¡Está teniendo otra convulsión!
-¡911! Llama...- con una fuerte oleada de dolor la voz se desvaneció, el dolor atravesó mi cuerpo como una tonelada de cuchillas cortando mi piel, espasmos involuntarios se apoderaron de mí...
¿Qué está pasando? ¿voy a morir? oh, Dios... Voy a morir aquí solo, en la oscuridad y soledad de la profunda prisión de mi cuerpo y mente... Y todo en lo que podía pensar antes de que una cálida sensación de tranquilidad me invadiera era: no puedo morir... no puedo morir... me necesitan...
Pero...¿quién? ¿quién me necesita tanto como para tener que sufrir todo este dolor?

El ambiente del bar era animado, precisamente todo lo que necesitaba para levantarle el ánimo...
La confusión se apoderó de mí y casi podía sentir el fruncido de ceño a través de mis párpados cerrados...
...¿Cuál es tu historia?- recordó haber preguntado hace muchísimo tiempo, mientras miraba unos brillantes pero algo atormentados ojos verdes. -No tengo historia... -Respondió al cabo de un tiempo una melodiosa voz -Solo soy una chica en un bar...-

Al principio, la blanca luz cegadora ante mis ojos me asustó... ¿Estaba muerto? Todo el mundo esteriotiza la muerte como una luz blanca al final de un túnel, un lugar idílico lleno de ángeles, donde no existen ni el dolor ni el sufrimiento... Conforme fui siendo más alerta, fui dándome cuenta de que definitivamente no estaba muerto: mis sentidos estaba alerta, mi nariz captó un fuerte olor a antiséptico, hospital, pensé... Mis oídos dolían con el incesante bip, bip, bip, que pronto descubrí que era el ritmo de mi propio corazón.

Un fuerte dolor se apoderó de mi cráneo haciéndome cerrar rápidamente los ojos... Mis oídos captaron lo que parecía ser un chillido ahogado, mi garganta entró en escena, me dolía, intenté tragar saliva para calmarla pero algo la aprisionaba...
Intenté, aún con los ojos cerrados, llevar una de mis manos hacia el objeto extraño en mi boca... No podía mover los brazos, no podía mover cualquier extremidad de mi cuerpo... ¿Por qué?

It's a Beautiful Day to Save Lives (Grey's Anatomy Fan fiction) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora