《Tercer Día》

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AoKise

—Baja un poco más la barbilla —dijo el fotógrafo.

Kise sentado en cojines posaba con una mano en su cabello y la otra en su rodilla hizo lo que le indico el fotógrafo.

—Perfecto.

La sesión de fotografías siguió durante un rato más hasta que dieron las doce.

—Bien, es suficiente por hoy, gracias Kise-kun —le dijo el fotógrafo.

—Gracias a ti, Gojo-san.

Kise fue al camerino en donde estaban los demás modelos.

—Buen trabajo, Kise-kun —dijeron muchos.

—Gracias —sonrió y se dirigió a donde estaban sus cosas.

—Kise-kun, alguien estaba llamándote —le comento una chica de cortos cabellos cafés.

—Gracias, Mako-chan —abrió su mochila y de inmediato su celular comenzó a vibrar. "¿Momocchi?" se preguntó antes de contestar —. ¿Hola, Momocchi?

—Ki-chan, me alegra haber podido contactar contigo —se escuchó un suspiro.

—¿Qué sucede? —pregunto algo alarmado mientras comenzaba a buscar sus pertenecías.

—Es que necesito que alguien vaya a recoger a Dai-chan al hospital...

—¿¡Aominecchi está en el hospital!? —su voz tembló y se elevó más de que quería, llamando así la atención de sus compañeros, les sonrió nervioso antes de salir de allí. Su corazón se aceleró y los nervios comenzaron a carcómelo vivo.

—Sí, recibió un golpe en la cabeza mientras entrenaba, por suerte Midorin me ha informado que no ha sido nada grave.

Al escuchar eso pudo sentir que todo su cuerpo se relajaba, hasta su caminar se había hecho más lento.

—Entonces, ¿por qué tengo que ir por él?

—Mmm... Midorin me dijo que lo tuvieron que sedar ya que no se dejaba hacer las tomografías y tampoco coser su herida, pero que lamentablemente le dieron dosis de más, y Dai-chan no puede regresar. Te pido esto por favor, se lo pedí a Mu-kun pero está ocupado al igual que Himuro; Midorin y Takao están trabajando; Kagami está en L.A. y Kuroko y Akashi están de luna de miel —suspiro —. Iría yo pero estoy fuera de la ciudad, por favor, por favor —comenzó a repetir.

—No te preocupes Momocchi, yo me encargo.

—Oh, sabía que podía confiar en ti, gracias... Me están llamando, así que me despido, gracias de nuevo y adiós.

—Adiós —colgó el teléfono.

...

—Esta es la habitación de Aomine —le indico Midorima.

—Gracias, Midorimacchi.

Suspiro.

—Deja el "cchi".

Kise rio un poco antes de abrir la puerta.

—Muy bien Daiki-kun, ¿cómo te sientes hoy? —pregunto Takao con un celular en mano.

—Muy bien —dijo él levantando las dos manos.

Midorima y Kise se sorprendieron.

—Oh, mira Daiki-kun, alguien vino a verte.

Aomine giro su cabeza, la cual estaba vendada, y al ver a Kise una sonrisa enorme se formó en sus labios.

—Ryo-chan, viniste a verme.

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