la vida de nathan

1 1 0
                                    

CAPITULO 18-



Semanas después, como pareja les estaba yendo bastante bien. Iban sin prisa pero sin pausa, poco a poco. Intentando hacer cada cosa bien y a su debido tiempo, la semana de las fiestas de su ciudad quedaban días para que se produjeran. Las fiestas de la Magdalena de Castellón, nueve días de intensas fiestas sin parar.


Pero ahora toca vivir el hoy, que para pensar en mañana ya habrá tiempo. "No dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy".


-Buenos días mi amor-. Le dijo Natalia cuando este se despertó.


-Hola princesa-. Le respondió Nathan con una sonrisa.


-Te prepare el desayuno, lo tienes encima de la mesa-. Le comentaba Natalia.


-Muchas gracias mi amor, te lo agradezco-. Le dijo Nathan agradecido.


La verdad es que estos pequeños detalles, son los que enamoran el alma. Recién levantado y tener el desayuno hecho es lo que a más de uno le encantaría.


-¿Qué te apetece hacer?-. Le preguntaba Natalia.


-¿Nos vamos de compras?-. Le respondió Nathan con otra pregunta.


-Me gusta la idea, voy a vestirme-. Le contestó Natalia.


Mientras ella se arreglaba, Nathan acababa de desayunar. Cuando termino también se puso a arreglarse. Ya los dos vestidos, llevaron a los nenes al parvulario y se fueron directos al centro comercial, no es como en las grandes ciudades, pero no está nada mal. Dentro de lo que cabe lo que ellos buscan, sí que está allí.


Verlos caminar por el centro comercial, cogidos de las manos, abrazándose casi a cada paso que daban. Era como besar el santo.


-¿Te parece si entramos en esta tienda?-. Preguntó Nathan.


-Si claro, por mi ningún problema-. Respondió Natalia.


Nada más entrar Nathan fue directo a unas camisetas que le gustaban, las cogió y algún que otro pantalón vaquero que también le gusto. Ella también cogió camisetas, pantalones y alguna chaqueta y se fueron los dos a los probadores.


-Natalia, ¿Cómo me queda este?-. Pregunto Nathan.


-Ese no, ¿Qué te parece el mío?-. Preguntó Natalia.


Nathan le negó con la cabeza, aquella escena parecía de película. Seguían probándose ropa, a unas cosas se decían que sí y a otras que no. Pero lo importante de todo, no es comprarse ropa, es pasar esos momentos divertidos en pareja.


-Vamos a pagar y a otra tienda-. Le dijo Nathan.


Ella sonreía, era feliz. Después de pagar en esa tienda y caminando por el centro comercial, ella se paró en seco.


-Me encantan, me he enamorado de esos zapatos-. Le confesó Natalia.


-Pues entramos-. Le respondió Nathan.


Ellos entraron cogidos de manos, buscaron esos zapatos que a ella tanto le gustaban. La sentó y el buscó la talla 39 que es la que gastaba ella de pie. Una vez encontró ese zapato, de esa talla, Nathan le cogió el pie y se lo puso. Le quedaba perfecto, bueno hay que decir que a Natalia le quedaba todo perfecto, pero esos zapatos, era algo especial, pero todos sabemos que cuando una mujer se le mete algo en la cabeza, va directo a Nathan le pasaba igual.


Salieron de la zapatería donde se compró esos lujosos zapatos, de allí se fueron a tomarse un helado. En una heladería que había en el centro comercial. Sin duda él se pidió uno de chocolate blanco, ella pues distinto, de chocolate puro. Se sentaron en las mesas de allí.

La Vida De Nathan, Una Nueva OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora