Twenty Words.|YoonMin|

Preticor.

Ha sido una tarde de mierda, bastante jodida en realidad.

Para empezar le fueron rechazados al menos cinco tracks del último demo entregado. No es que realmente no lo esperara, pero confiaba que el productor al igual que en otras ocasiones iba a ser más flexible.
El golpeteo de sus pies contra el agua hace eco constante, la lluvia no ha parado y en este punto su cuerpo está tan empapado que realmente caminar o correr no harían gran diferencia. Debió escuchar a Namjoon y tomar su auto. Aún estaba a un par de cuadras de su edificio y la lluvia helaba sus huesos.

No importaba cómo lo viera, debía hacer una gran cantidad de cambios, Namjoon podría encargarse de la letra, pero en su mayoría los arreglos eran el problema. Su problema.

La lluvia no parece ceder y parece ser más pesada en cada paso, tal vez un pastel de esa pequeña panadería que siempre ha llamado su atención puedan elevarle el animo. Mira a ambos lados antes de cruzar, pero parece bastante inútil, está en completa calma y totalmente vacío. Sacude su cabello quitando el exceso de agua y entra rápidamente. El lugar es completamente cálido y el olor del pan recién horneado golpea en su nariz. Este podría ser de ahora en adelante su nuevo lugar favorito piensa.

"Disculpe" se anuncia mientras se acerca al mostrador, "¿Hay alguien aquí?", pregunta.

"Buenas tardes, ¿puede ayudarle con algo?", y Yoongi reconoce inmediatamente a la anciana del número 32, es bastante baja y con rostro amable. Realmente le resulta increíble que una persona así le llame "Haragán inútil" a Namjoon, no por el hecho que el moreno no lo sea, si no porque en realidad parece conocerlo bastante bien.

"¡Ah! Eres el muchacho del 37, ¿no?", habla sonriendo. "No he tenido el tiempo de presentarme, pero vivimos en el mismo edificio" continúa mientras ajusta un blanco delantal. "Soy la señora Kim"

"Min Yoongi", sonríe a modo de saludo mientras estrecha su mano.

"Bien Min, ¿Te puedo ofrecer algo?"

Asiente mientras mira distraídamente al rededor, realmente no hay algo específico que quisiera, "¿Tal vez algo dulce?", habla no muy seguro.

"¡Oh! He estado preparando un par de panecillos de avena, deben estar en cualquier momento, ¿quieres esperar un poco?"

Asiente educadamente, para después ver la sombra de la anciana desaparecer en la parte trasera.

El local es extrañamente acogedor, como lo esperarías de un negocio conducido por una abuela. Hay un par de cuadros en el muro junto a la pequeña barra, tal vez podría comer tomar los panecillos allí mismo. Hay un cuadro en particular que llama por completo su atención, parece ser de algún tipo de recital de baile, bastante antiguo a decir verdad. "Solía ser tan joven" escucha a sus espaldas "Tal vez tenía la edad que tienes ahora" la voz de la mujer es tan calma, que no habla mientras regresa su mirada a ella, "En realidad lo extraño demasiado" rie ablandando sus rasgos. "Aquí tienes" habla mostrando una bolsa de papel, gira buscando su billetera pero antes de poder sacarla la voz de la anciana lo interrumpe.

"Esta bien, tómalo como un regalo de bienvenida".

Niega repetidamente con la cabeza,mientras le extiende un par de billetes, no puede aceptar esa clase de generosidad. La anciana gruñe molesta sin aceptar el dinero. "Agradezco su amabilidad, pero me sentiría mal no pagando" murmura a modo de súplica.

"Pues yo no pienso aceptar ese dinero" gruñe cruzándose de brazos.

Momentáneamente Yoongi piensa que le ha puesto algo para matarlo, pero no parece ser el tipo de abuela que haría eso. Termina aceptando rendido con una ligera inclinación en agradecimiento.

"¡Oh! Es verdad" murmura mientras le extiende una bolsa más "Esto es para Namjoon. Es un mocoso bastante divertido, gracias a él y su rostro enojado gano juventud", ríe divertida.

El preticor del ambiente junto con sus panecillos le hacen pensar que en realidad no ha sido un día tan malo. Ajusta su chaqueta aún mojada sobre sus hombros y antes de poder doblar en la esquina de su edificio, un cuerpo lo golpea con la suficiente fuerza para desequilibrado pero no para mandarlo al suelo, lo cual agradece ya que habría sido un crimen arruinar sus panecillos. "Tú, idiota" grita a la distancia mientras el cuerpo se aleja rápidamente sin siquiera detenerse.

Preticor: Es el nombre que recibe el olor que produce la lluvia al caer sobre suelos secos.

*No pensaba subir nada, pero meh. ¿por qué no? Adiós. :)