Jimin chillo de dolor por tercera vez. Gruño antes de llevar una mano a su rodilla, era el tercer golpe, eso iba a terminar en un feo hematoma."Abuela"
"Atención Jimin, ¿Cómo esperas ser aceptado si te distraes cada dos segundos?"
Jimin asintió algo irritado, pero no con la mujer mayor que parecía amar golpearle con su bastón, Jimin estaba furioso con el mismo. No lograba ejecutar correctamente ninguna rutina sin olvidar al menos la mitad de esta.
Se dejó caer ante la mirada de su abuela, sus músculos estaban demasiado tensos y gracias al frío de la sala de prácticas, se encontraba ligeramente entumecido ahora."Cinco minutos" rogó haciendo reír a su abuela. Jimin consideraba esto como una buena mañana, el se habría quedado hasta muy tarde o madrugada y su "dulce" abuela le traería él te por la mañana, antes de claro, corregir sus posturas y de que el mostrará una avance digno, le llamaría "Mocoso presumido" cuando perfeccionará algo o golpearía sus rodillas buscando su concentración.
"Bien, es hora del té Jimin-ah" asintió con una sonrisa perezosa arrastrándose lentamente hasta la improvisada mesa en una esquina. La tetera y el par de tazas pulcramente alineadas, a veces se preguntaba si su abuela lo hacía a propósito o por pura costumbre.
"Ese mocoso, come demasiados pastelillos".-hablo mientras vaciaba lentamente el contenido en su taza.-"He estado pensando en reducir la azúcar en los panecillos que suele ordenar, demasiada azúcar no es buena, en especial para un chico tan joven".
Jimin rió sin poder evitarlo, aunque su abuela jurará que odiaba al "Vago bueno para nada, Kim Namjoon" (palabras de su abuela, por supuesto) siempre le veía tener pequeños gestos con el. Su abuela encontraba algo gracioso en hacerle enfurecer.
"¿No ha pensado en dejar a Hyung?", metió un par de galletas a su boca mientras esperaba por su taza.
Su abuela gruño un par de cosas en voz baja ignorando su comentario.
Jimin llevo lentamente la taza hasta sus labios deleitando con el dulce aroma sus fosas nasales.
Menta.
Era fresco y dulce.
Como la mañana que se asomaba lentamente.
Eso hasta que un par de maldiciones desde afuera le hicieron atragantarse en su lugar y casi derramar él te sobre si.
¿Quién diablos podía soltar tremendas maldiciones antes de las siete de la mañana?
Corrió un poco la cortina solo para descubrir un pequeño camión de mudanzas, Namjoon descargaba un montón de cajas, se encogió de hombros dispuesto a correr la cortina de nuevo, hasta que lo vio salir.
Un chico rubio, con rastros de algún tipo de verde en el, un chico rubio que recitaba más maldiciones de las que Jimin había escuchado alguna vez en su vida y de las que se imaginaba que existieran.
Jimin tragó pesado, haciendo oídos sordos a las palabras de su abuela.
Era sin duda refrescante, Jimin jamás se había sentido tan interesado en conocer a alguien.
//Serán siete capítulos más, lamento un montón la tardanza c:
Os quiero.
GoogieW.
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Twenty Words.|YoonMin|
Hayran KurguYoongi tiene un amplio vocabulario, Jimin es perfecto para aplicarlo.