Visita

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Aria,

él te ordenó,

limpiar una habitación,

tu asentiste y lo hiciste.

Por la noche,

la puerta se cerró,

y una chica apareció,

cogida del brazo de tu señor.

Se reía,

con él.

Sonriera,

sin control.

Y un beso en la mejilla le dio,

eso te dolió.

Él de reojo te miro,

sin expresión,

y ni te saludo

[como siempre hacia]

solamente se dedicó,

entrar en su habitación,

con la chica en su brazo,

y de un portazo,

la puerta cerró,

y a ti petrificada te dejo.

ARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora