Don't Cry

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Estaba parado al borde de un acantilado, sus rizos dorados ondulaban por culpa del aire, su mirada se perdía en el vacío y no tenían el brillo característico de siempre; el dueño tenía el rostro contraído mezcla de molestia y tristeza por los eventos ocurridos recientemente, habían pasado apenas dos días desde que ella se había ido, ya no estaba a su lado y era difícil aceptar que desde esos momentos estaba completamente solo, Adrien su mejor amigo y Camila su novia se habían marchado hace dos días para ser específicos el día de su cumpleaños número 23.

Era joven, podía seguir adelante con su vida como si nada hubiera pasado, pero la amaba, tanto que aún no aceptaba que ella lo había dejado.

Reflexionó durante varias horas las razones por las cuales debía vivir a pesar de la ausencia de la joven, dejando a sus pies andar y sin darse cuenta ya se encontraba parado frente a la puerta de roble de la casa de Camila, reinaba el silencio el cual nunca había sido tan molesto como en esos momentos. Todo olía a soledad, suspiro cansado y se agacho hasta la alfombra a los pies de la puerta, ahí estaba la copia de la llave de la casa, la tomo y decidió entrar a dar un vistazo, hubiera deseado que todo fuera de otra forma.
Entro sin perturbar la calma, a ella le gustaba el silencio. Caminó por la sala principal, observando y reconociendo todo. No encendió las luces, no las necesitaba ya que conocía perfectamente donde estaba cada cosa. Siguió avanzando hasta toparse con una mesa; la principal, encima de esta habían tres retratos los cuales admiró con la tenue luz que entraba por la ventana de cristal. Desde ese día nadie había entrado a la casa, e imaginó a la pelirroja haciendo lo mismo que él con las fotos.
Recordó la última llamada que ella le hizo; sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas una a una.

-"Mario, quiero decirte algo importante, en 15 minutos te veo en..."-la interrumpió

-"Ya sé, te veo ahí, Cam..."-guardó silencio unos segundos -"Te amo"-

Ella rio y tardo en responder.

-"También te amo"- colgó.

Tomo la primera foto y sonrió con melancolía, eran las mismas que él tenía en la mesita a lado de su cama.
La primera era una donde estaban ambos en el jardín de niños, la pelirroja tenía un vestido turquesa y él llevaba un traje de gala; simulaban ser de la realeza en un baile del festival organizado por la escuela.
La segunda era igual de ellos dos, con togas negras y el gorrito correspondiente de graduación, Mario la miraba con cariño junto con una amplia sonrisa y ella miraba a la cámara con una sonrisa más discreta y las mejillas tenuemente sonrojadas, estaban tomados de la mano.
La tercera le partió el corazón, era la que Adrien había tomado por casualidad en su restaurante favorito, al que siempre iban cuando surgía algo importante; compartían una mesa, estaban sentados de frente, entrelazado sus dedos por arriba y se miraban enamorados, incluso Camila sonreía.

-"¿Porque Cam? ¿Porque?"-susurro al viento.

Tres días se quedó dentro de la casa, revisando cada rincón, buscando lo que faltaba en cada espacio vacío, tratando de hallar algo importante que se haya llevado porque en realidad faltaban muy pocas cosas y él sabía perfectamente cuales eran las que no estaban, no se detenía a guardar sus lágrimas, si le dolía permitía a las gotas saladas resbalarse para que acariciaran sus mejillas.

Su familia y demás amigos se preocuparon por él, no respondía llamadas ni mensajes, era como si quisiera desaparecer para todos. Él no era así, si de algo estaba orgulloso era de su vitalidad, Mario se caracterizaba por ser alegre y mostrar a todos una enorme y radiante sonrisa. Que él se encontrara así era culpa de la pelirroja y sus amigos no sabían que hacer para que él dejara de consumirse en ese lugar, pero él rubio no se dejaba ayudar.

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⏰ Última actualización: Nov 19, 2018 ⏰

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