Capítulo 2: Confesiones

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Capítulo II

El peli-rojo camino tranquilamente, tenía demasiadas cosas en la cabeza pero ahora solo deseaba una cosa y era golpear al moreno que lo único que había hecho fue lastimar al peli-celeste, aquel pequeño que dejo ir en la preparatoria para mantener su amistad, se lamentaba el no haberse confesado tal vez Kuroko lo hubiera aceptado y todo sería diferente, con quien estuviera casado seria con él y no con el idiota de Aomine. Tal vez tomo malas decisiones y por eso todo termino de esa manera. En cuanto llego a aquel hogar se encontró con algo que ya veía venir:

— P-pero Daikicchi

— Vete Kise, jamás debí traerte

— ¿Entonces? ¿Debimos ir a un motel como siempre? No me jodas Daiki, yo siempre te he amado pero tú solo me has usado

— Nadie te pidió que me amaras, yo solo te tengo a mi lado porque sirves para un buen polvo pero de ahí en más no

— Eres un imbécil, ojala Kurokocchi jamás te perdone

En cuanto el rubio dijo eso se fue del lugar hecho un mar de lágrimas, podría ser que Kise se mereciera eso pero, si lo vemos de otra manera él también estaba ciego de amor y el moreno aprovecho eso lastimando tanto al rubio como al peli-celeste. Kagami ni se inmuto, nada más se acercó para darle un certero puño en la cara al moreno haciéndolo caer de espaldas, una vez en el suelo le dio una patada en el estómago sacándole el aire, era algo que desde hace mucho quería hacer pero no se atrevía para no estar en malos términos con el peli-celeste.

— Te vuelves a acercar a Kuroko y te juro que te matare, no me importa que seas policía – escupió con rencor el tigre

— Tsk ¿Qué demonios te pasa? A ti no debe interesarte lo que pase en mi vida íntima con MI esposo, ¿o qué? ¿Aún no puedes olvidarlo? ¿Todavía lo amas? No me hagas reír el me am...

— Si lo amo a diferencia tuya, yo solo tengo ojos para él, me resigne cuando se casó contigo pero ahora, puedes pudrirte en tu egocentrismo porque te aseguro que Kuroko no está solo y haré todo lo que este en mis manos para que te supere

Una patada más en la entrepierna del moreno basto para que el peli-rojo se fuera del lugar no sin antes darse cuenta que si había dejado un gran golpe en el ojo de Aomine así Akashi estará contento. Se dirigió entonces a comprar las cosas necesarias para la cena, no habían demasiadas cosas que le gustaran a Kuroko pero, las malteadas de vainilla eran su pasión, le prepararía un poco además de una buena cena porque conociéndolo no querrá comer y ahora es cuando más fuerza necesitaba.

La cena paso en silencio, el peli-celeste no quería comer pero, Kagami tenía sus métodos para hacerlo comer. Los días fueron pasando, el acta de divorcio ya estaba firmada por Kuroko pero Aomine se negaba a hacerlo, incluso llego a buscar al peli-celeste al departamento del peli-rojo alegando que era SU esposo y que solo ÉL tenía derecho de estar con él. Akashi sin querer quedarse con los brazos cruzados lo enfrento.

— Sino firmas Daiki yo me encargare de que el juez dé el divorcio sin que tengas que firmar

— ¿Cómo lo harías?

— Eres policía y no lo sabes... "Divorcio necesario" tengo muchas fotos tuyas con otras personas, unas muy comprometedoras y me dolerá mostrárselas a Tetsuya pero, es necesario ya déjalo en paz jamás lo amaste admítelo de una vez

— Cállate Akashi tú no sabes nada

— Ohh claro que si lo sé, yo te vi Daiki, vi cómo le ponías los cuernos con cualquier persona no dije nada por el bien de Tetsuya pero ahora firma sino quieres que él de verdad te odie

Ante la fría mirada heterocromatica que mostraba Seijuuro no tuvo más que firmar, Akashi pocas veces mostraba su ojo dorado pero, cuando estaba enojado era de temer. Dos meses pasaron desde ese día, Kuroko cada vez mostraba un mejor semblante ya que Aomine no había vuelto a acercársele o al menos no que él supiera ya que siempre estaba acompañado por cualquiera de sus amigos aunque Kise no se había acercado a ninguno de ellos para nada.

Un día a los oídos del peli-celeste llego la noticia que termino de desgarrar su alma y de matar ese amor que le profesaba al moreno, Kise Ryota estaba embarazado con exactamente tres meses de gestación y el padre era nada más ni menos que Aomine. Eso no era todo, también llego a sus oídos que el moreno decidió hacerse cargo de la criatura casándose con Kise ¿los odio? Obviamente pero no odio a ese niño, a ese bebé que venía en camino porque ese niño no tenía la culpa simplemente era una consecuencia de actos.

— Kuroko ya es la segunda vez en esta mañana que sales corriendo al baño, además es la cuarta vez en la semana que te pasa esto – le reprocho Kagami al peli-celeste

— Estoy bien Kagami-kun solo me enferme, es todo – respondía restándole importancia aunque su cara más pálida de lo normal y desmejorada no apoyaba sus palabras

— Si claro, vamos te llevare al médico después de todo es mi día libre

— P-pero no es necesario ¿no ibas a salir con aquella chica del supermercado? – le cuestiono algo... ¿celoso?

— ¿Qué? ¿De dónde sacas eso?

— Los escuche hablando el día de ayer, Kagami-kun si quieres que me vaya de tu casa para traerla aquí y ya sabes bueno solo debes decirme yo me iré

— Stop... wait a second – pidió mientras buscaba algo en su habitación, cuando lo encontró salió de nuevo para mostrarle un papel

— ¿Qué es eso?

— Léelo

"Kagami-san este pastel es especial porque a pesar que es de vainilla simplemente, también tiene otros ingredientes así que preste atención y no confunda ingredientes, los ingredientes que le recomiendo puede encontrarlos en cualquier parte pero es más fácil conseguirlos en una tienda de repostería..."

— Dijiste que el pastel de vainilla de aquella tienda te gusto ¿no? Bueno pues me atreví a pedirle la receta a esa chica, si me dijo que podíamos vernos para que ella me enseñara a prepararlo pero, no soy idiota sé que me estaba coqueteando por eso la rechace

— P-pero incluso le dijiste a Tatsuya-kun que alguien te gustaba

— Si me gusta alguien eso no te lo niego pero, no creo tener oportunidad al menos no aún

— ¿Por qué?

— ¿Te parece poco que tan solo hace dos meses haya roto su relación con aquel hombre con el que paso años? Obviamente no lo olvidará tan fácil, no quiero salir herido, tampoco quiero alejarlo – respondió agachando la mirada

— K-Kagami-kun

— Vamos al hospital quiero saber de una buena vez que es lo que te pasa

En un silencio sepulcral ambos se encaminaron al hospital más cercano cada uno pensando en sus propios problemas, Kagami se regañaba mentalmente porque prácticamente se confesó ahí mismo mientras el peli-celeste estaba sorprendido de alguna manera comprendió que quien le gustaba a Kagami era él y claro el peli-rojo obviamente iba a tener miedo porque lo de Aomine había sido reciente. Sin embargo el peli-celeste poco a poco iba olvidando al moreno ¿cómo? Ni él se lo explica, solamente ahora se siente más feliz, le gusta la sensación de que cada vez que escucha un "estoy en casa" él pueda responder con un "bienvenido", en pocas palabras, Kuroko por primera vez estaba siendo feliz, por primera vez su mundo se abría a algo más que no fuera Aomine, se sentía más libre sin duda alguna e incluso podría decir que Kagami se estaba metiendo en su corazón de a poco, pero tenía miedo... miedo de que lo lastimaran nuevamente aunque, sabía muy bien que el peli-rojo no haría nada como eso.

En un abrir y cerrar de ojos llegaron al hospital donde pidieron una cita, se llevaron una sorpresa al ver la persona que les atendió.


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¿Qué les pareció? ¿Qué creen que tiene Kuroko? OwO pues lo sabrán mañana cuando actualice :'v gracias por haber leído esta dramática historia y por sus comentarios >o< nos leemos en la siguiente parte, matta ne~

¿Por qué las cosas terminaron así? (KagaKuro y AoKi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora