Era una mañana de verano como cualquiera. El día empezó como otro más de la semana, la luz de la aurora entraba por la ventana de mi habitación, eran como las siete de la madrugada cuando desperté, pero no quería levantarme, me quede hay, mirando el techo de mi habitación y pensando en que tan malo seria mi día, era el momento mas perfecto de la mañana, la casa vacía, el silencio absoluto que había era una mañana muy calmada y tranquila.
Esa hora paso muy lento, quizás por que la cama estaba muy cómoda, o tal ves por que simple hecho de que no me quería levantar, me sentía cansada no físicamente sino emocionalmente, joder no quería saber nada de nadie pero tenia un buen motivo para levantarme, "mi mejor amiga" y de una u otra persona, ya eran mas de las ocho así que me levante y fui directo al baño lave mi cara y comencé el día como si en la noche anterior no hubiese estado luchando con mis demonios, debía ser fuerte.
Hice la misma rutina de siempre, de la que por cierto ya estoy harta, era muy difícil creer que por primera ves en la vida algo mágico sucedería pero la cuestión era saber cuando pasaría, quizás pronto pero quien habría de saberlo? Solo Dios, la mañana transcurrió normal como era de esperarse. Justo antes de irme para la escuela el chico que me gustaba me hablo después de tres días, y comenzó dicen ¿Por que me olvidaste? Yo simplemente le dije que eso no era así, pero a mi me dio igual que pensara que lo había olvidado.
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Mi Pequeño Mundo
Aléatoire¿Cuentos de hadas? Vampiros Mejor amiga Familia La sociedad es un asco.