Delivery Guy.

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-¿Aló?

-Aló, necesito un domicilio por favor.

-¿Qué necesita?

-Al chico que los trae.

Es época de frío, un clima que puede estar cursando los 3 o 2 grados centígrados y en mi casa con ese clima hacer que alguien salga para comprar cualquier cosa es demasiado complicado.

Nos acabamos de mudar no hace mucho, sabemos dónde quedan las tiendas más cercanas y junto con ellos tenemos uno que otro lugar del cual pedir en estos casos.

-¿Debby?- escuché la voz de mi padre llamarme desde mi puerta, pause la película que estaba viendo y le preste atención.- Llama y pide lo que esta anotado en esta lista.- se acerco con el teléfono y con un pedazo de papel que de seguro ha arrancado de alguno de mis cuadernos.

-Está bien.- me sacudió un poco el pelo y con un leve bufido comencé a marcar el numero de aquel local.

*LLAMADA TELEFÓNICA*

-Buenos días, víveres "Lovely food", ¿En qué le podemos ayudar?

-Buenos días, necesito un domicilio para la calle 34-bulevar Blue sky.-dije mientras miraba lo escrito en el papel, eran muy pocas cosas, de seguro no lo traerían.

-Claro deme un segundo.- escuche como la persona que me atendía tomaba una libreta y hacia ruido en lo que parecía que buscaba algo para anotar-. Ahora sí, dígame.

-Es una libra de carne descerebrada, una bolsa de leche pero de la pequeña.- mientras iba diciendo esa voz iba repitiendo todo lo que yo decía, eso me confundía un poco y me tocaba comenzar a leer otra vez-. También un paquete de fideos de arroz y una botella de zumo de limón.

-¿Eso sería todo?- dijo esa voz mientras terminaba de anotar.

-Si, solo eso.

-Está bien, en unos... 15 minutos esta el domicilio en su casa.

*FIN DE LA LLAMADA*

Corte la llamada y devolví el teléfono a su base, volví a poner mi película y con un poco mas de tranquilidad me metí de nuevo en mis sabanas ocultándome del frío.

La película era una historia de amor corta, cuya protagonista era fácil de engañar y por eso fue que se enamoro.

-¿Otra vez viendo películas de romance?- me sobresalte al escuchar la voz de mi madre a mis espaldas haciéndome dar un brinco en mis cobijas.

-Es más la trama lo que me gusta, ya lo sabes.

-Debby, no estaría mal que salieras con algún chico, acá en casa no te diremos nada por ello.- se sentó a mi lado y yo en ese momento ya sabía que vendría la charla de siempre.

-Ya lo sé mamá pero, tu ya lo sabes, yo prefiero estar fuera de esos rollos.- Dije mientras suspiraba al saber que esa no era la razón por la que prefería no tener una relación.

Mi madre un poco mas desanimada al ver el estado de su hija de 17 años salió del cuarto mientras que yo. Acostumbrada a la situación. Volví a poner la película.

Después de media hora más o menos llego el domicilio y claro, por ser la menor de la casa me mandan a mí a recibir el domicilio -Como si no fuera peligroso abrirle la puerta a un completo desconocido.-

-Hola...- dije al abrir la puerta, sin embargo no pude terminar al ver quien traía el pedido.

-Hola, perdón la demora.- dijo tendiéndome las bolsas de lo pedido, aun distraída las tome y las deje en el mesón de la cocina.

-N-no te preocupes.- dije dándole una sonrisa la cual el devolvió-. ¿Cuánto seria?

-30 Dólares.- dijo mientras me tendía el recibo del total de las compras.

Saque del bolsillo del pantalón los 30 dólares y sin borrar esa sonrisa de mi cara le pague. El chico se fue. Yo quede tonta, pero tonta perdida.

***

Habían pasado ya algunas semanas, mi familia seguía pidiendo domicilios y yo gustosa los iba a recibir con tal de poder ver a aquel chico. Sus ojos eran marrones y algo grandes, su cabello oscuro caía por su frente y una gorra lo mantenía en su sitio; él era alto y de contextura delgada, ante mis ojos era el chico perfecto.

*RING*

-Ya va.- dije mientras caminaba a la puerta con una sonrisa ya pintada en mi rostro lista para poder ver a aquel chico. Pero al abrir la puerta él no estaba ahí.

-Buenas noches.- dijo una chica con una sonrisa mientras me tendía mi pedido, lo tome un poco consternada ¿Dónde estaba él?- Son 15 Dólares.

-Oh, bien, toma.- Le tendí una pequeña sonrisa y le di el dinero.- Gracias por traerlo.

Y cerré la puerta, no era a ella quien esperaba ver, ¿qué le había pasado?. Por esta vez lo había dejado pasar, de todas formas no soy la única que debe de pedir domicilios en la zona.

***

Ya no me apetecía pedir domicilios, prefería salir a las bajas temperaturas si aquel chico de ojos marrones no era el que iba a mi casa con mi pedido y claro, con su maravillosa presencia. Me había acomodado un gorro y mi chaqueta negra para adentrarme a las bajas temperaturas.

Al llegar a la tienda di una sonrisa a la cajera y comencé mi recorrido en aquel lugar en busca de lo que necesitaba mi papá para hacer el almuerzo.

Con todo ya listo pase a la caja y puse mis artículos en la misma.

-Disculpa.- levante la vista y preste atención a la cajera quien me llamaba-. Pero te dejaron algo.

-¿A mí?- pregunte confundida, ¿quién me dejaría algo a mí?

-Si, espera y lo saco.- dijo mientras buscaba algo debajo de la caja, yo aún no comprendía del todo la situación.

Ella saco una caja algo grande forrada en un lindo papel de regalo blanco, yo sonreí un poco tímida y ella simplemente metió la cajita junto con mis compras.

-Gracias, pero. ¿Quién dejo ese regalo para mí?- pregunte mientras tomaba las bolsas de las compras, ella solo dio una sonrisa y se encogió de hombros.

Salí del lugar un poco confundida y con una sensación de estar siendo observada, me sentía alagada y tenía demasiada curiosidad por abrir la caja y saber que había adentro. Al llegar a casa deje las compras en el mesón y tome mi caja para irme corriendo al cuarto para abrirlo.

Cerré la puerta detrás de mí y me senté en la cama con el regalo frente a mí. Con cuidado lo abrí y vi un ramo entero de flores, margaritas y rosas estaban juntas soltando un aroma muy delicioso. Tenía una tarjeta y la abrí.

"Esto no es un pedido. Pero si es un regalo, para la chica que siempre que voy a su puerta me recibe en pantuflas y con una sonrisa. Lastimosamente desconozco tu nombre, deberías llamar a la tienda y pedir más cosas. Me gusta ir a verte."

Delivery Guy.

Sonreí y comencé a soltar uno que otro grito de la felicidad que me daba, era él, el chico de ojos marrones me había prestado atención. Por un momento me he sentido como en esas escenas de películas románticas que tanto veía. Pero me encantaba.

Si esto era sentir mariposas en el estomago, que por favor no se vayan nunca.


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⏰ Última actualización: Nov 28, 2016 ⏰

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