6:35 pm un sábado.
Acabo de llegar al pueblo, en Michigan, un tanto pequeño, eso me preocupa; dicen que pueblo chico infierno grande, no es que sea una chica conflictiva pero no puedo evitar algunas situaciones.
-¡CARAJO LIV!-Gritó mi madre con furia-.
-¿Qué pasa?-pregunté preocupada-.
-Tu hermana no quiere ir al supermercado, ¿podrías ir tú? Y de paso conoces un poco el pueblo-dijo mi madre-. Sabía que ese tono que usaba era para persuadirme. Mi hermana Liv me tenía hasta el carajo, siempre creí que era una maldita niña mimada; a sus 15 años se comportaba como si tuviera 9 , no soy más grande que ella pero maldita sea, ¿no se puede comportar?
Tome las llaves del auto y me dirigí al supermercado más cerca, estacione el auto y corrí hacia la entrada, la lluvia se avecinaba y tenía que apurarme. La música que suelen poner en los supermercados me pego junto con el aire acondicionado, tome una canasta y camine hacia unos de los pasillos, ¿Qué compro? me pregunte internamente, quizás atún y verduras enlatadas solo era para hoy . Una mirada me hizo sentir incomoda, voltee la cabeza a la izquierda y un chico en el otro pasillo me miraba gire rápidamente sin olvidar de poner en el cesto las 2 latas de atún. ¿Qué rayos había sido eso? Todavía debía buscar las latas de verduras, se hallaban en el pasillo siguiente, los tome y corrí a la caja para que me cobraran. La cajera tomo los productos y los paso por el scanner para registrar su precio "Son 5 dólares con 20 centavos" iba a sacar el dinero de la bolsa de la chamarra de mezclilla que traía puesta pero, ¡DEMONIOS! ¡NO TRAIGO DINERO! ¿QUE ESTABA PENSANDO EN NO TRAER DINERO?
-MMMMM. ¿Te puedo encargar esto? Olvide el dinero en casa-dije un poco nerviosa a cómo iba a contestar ella-.
-Yo lo pago por ti-habló un joven detrás mío-. ¡Oh demonios! Era el muchacho que me miraba en el pasillo.
-No te preocupes, no tardaré en venir- intenté sonar segura-.
-De verdad, yo lo pago- le extendió a la cajera el paquete de cigarros que iba a comprar. Miré a la cajera la cual me devolvió la mirada y me guiño en señal de que aquel joven intentaba ligarme o al menos así lo percibí yo.
-Ahora son 10 dólares con 25 centavos-sacó de su billetera un billete de 10 y busco en su pantalón los 25 centavos-. La cajera metió todo en una bolsa y me la entrego.
-Que tengan una linda noche- sonrió amable la señorita-.
-Muchas gracias- me dirigí a la cajera y caminé para alejarme de la caja-.
-Soy Fred Perkins-dijo el muchacho-. Extendió la mano para saludar.
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Los infiernos del pensamiento
Teen Fiction《El Diablo es real. Y no es un hombre pequeño de color rojo con cuernos y cola. Él puede ser hermoso. Por que el es un ángel caído, y solía ser el favorito de Dios.》 Lo único que anhelaba era llegar a ese nuevo pueblo para que las cosas se tornaran...