Capítulo 1

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—Al fin tenemos todo el verano para descansar —me dice Coco aferrando los libros de pasta delgada a su pecho.

—No más cargas de trabajo, ni proyectos, ni exámenes —dije mirando al techo y con una amplia sonrisa.

—Días de playa, sol, amigos, tal vez mirar un atardecer.

Las cosas favoritas de Coco.

—Será demasiado tiempo... ¿no lo crees?

—Para mi es perfecto dos meses.

—No sé, es sólo que...he pensado desde hace días en un trabajo de verano para matar el tiempo—dije pensativa.

—No estaría nada mal. Sólo asegurarte de elegirlo bien. El verano pasado no obtuve tan buena paga trabajando como niñera. ¿Quién diablos iba a saber que los bebés de tres meses no pueden comer aún papás fritas?

—Umm...¿Todos?—dije alzando las cejas.

Caminabamos por el pasillo de la preparatoria para llegar a la salida que era una gran puerta de cristal que a cualquiera le recordaría a un banco, pues tenía las clásicas manijas con escrituras de "jale" y "empuje". Queridos disléxicos: mis condolencias.

Casi toda la escuela se despedía de nosotras, lo que hacía que nos detuviéramos cada veinte segundos. Eran las consecuencias de ser la mejor amiga de Coco Jenkins.

Coco era una chica bien vista socialmente en la Preparatoria de Denissel, era muy conocida, pero no igual a las chicas populares con la ya obvia nuez como cerebro; era reventada, pero ni un poco parecida a esos " fuckboys", que sólo les importaba el sexo, el cigarro, el alcohol y hasta el polvillo blanco;era un tanto mala para la escuela( lo contrario a mi) pero su más baja calificación era 7; era quién ella quería ser, eso era lo que envidiaba de Coco, nunca le daba gusto a los demás, sólo se hacía feliz a ella misma( y a todo ser extraño al que ella llamará amigo).

Ese día Coco llevaba puesta una falda negra estilo lápiz que le llegaba a la rodilla, una playera blanca con alguna frase que la definía y un suéter largo gris. Todo este outfit le daba a Coco un estilo punk casual(o algo así), sin contar ese corte de cabello, pequeño pero a la moda, además de ser rubio y en las puntas apenas y se alcanzaba a ver un tono rosa pastel.

—Como sea—respondió Coco a mi último comentario cuando nos encontrabamos afuera de la preparatoria—.Hablamos más tarde por mensaje.

Monté mi motocicleta azul pastel y aseguré mi casco. 




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