Un Siniestro Amor

Capítulo 3

POV Rebeca

Supongo que estaba consciente de nuevo, no podía moverme apenas, simplemente mirar. Oí unos pasos y a continuación el chirrido molesto que hacía la puerta al abrirse, era él.

-¿Dónde estoy?- Pregunté mirándole muy seria.
-En una casa, idiota.- Contestó riéndose bien podría decirse de mí.

-Ya, ya no me digas... Desátame estúpido.- Dije en un tono molesto.

-No bonita, si te até es por algo. No debes escapar.- Murmuró aquel siniestro joven del cual todavía desconocía su nombre.

-¿Qué vas a hacerme?-Pregunté incrédula.

-Torturarte hasta que mueras de dolor y tu cuerpo no resista un golpe más.- Contestó jugando con su cuchillo.

-¿Y porque simplemente no me matas ya y vas a asesinar a otras personas? ¿Cual es la finalidad de torturarme?- Suspiré moviendo mis muñecas con difilcultad las cuales estaban atadas.

-Tonta, salgo en todas las noticias... Por desgracia la gente tiene que calmarse y que crean que desaparecí. Y ahí es donde vienes tú, me ayudarás...Cada vez que tenga sed de sangre estarás para mí.- Respondió el con una sonrisa.

Espera,¿Qué? Primero se presenta en mi casa, me hiere, luego me secuestra y me ata y por último dice que me torturará hasta la muerte.
Me tomó un poco aceptar aquello, no podía contra el.

-¿Y ahora qué?¿ Vas a pegarme latigazos en la espalda?-Pregunté irónica.

-Bueno, para empezar tendré que tallar una bonita y perfecta sonrisa como la mía.- Contestó acercándose a mí.

-¿Qué?¿ tendré ese horrible aspecto?- Suspiré ocultando mi nerviosismo.

-Pero que dices mocosa, si soy hermoso.- Musitó entre dientes.

POV Jeff

-Por si no lo sabes soy Jeff the Killer, y está sonrisa me caracteriza...- Me había acercado lo suficiente a ella, mi cuchillo estaba rozando su mejilla la cual esperaba ser cortada.

-Oye...¡Espera!- Gritó Rebeca.

Corté sus mejillas de una forma lenta y dolorosa formando en su rostro una bonita y sangrienta sonrisa. Sus gritos eran música para mis oídos, de sus ojos salían lágrimas de nuevo.

-¿Ves? Ahora somos casi iguales.- Espeté señalándome a mi mismo.

Minutos después salí de la habitación y encendí la tele, hablaban de mí. Hablaron del asesinato de la madre de Rebeca. Sí cuando la muchacha se desmayó yo aproveché.