Honey Bee: XV.

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Paul's side

Desperté por la sensación ridículamente desagradable de sentir algo rasguñar mi rostro, abrí los ojos sin poder enfocar muy bien, agradeciendo la tenue luz que apenas entraba por la ventana. Me tallé un ojo notando lo doloroso que la acción se había vuelto, toqué mi ceja y sentí la dureza de la sangre ya seca sobre mi piel. Me senté y miré hacia arriba, notando a una chica de cabello negro y laceo limpiando.

"Oi" traté de llamar su atención, lográndolo a la primera.

Se volteó y suspiro aparentemente aliviada, "Sabía que pasarte la escoba por el rostro serviría" dijo más para si misma.

Al instante palidecí y comencé a frotar mi rostro con el sueter, ¡Asco! Ella se rió sonoramente y por un momento recordé qué quería decirle.

"¿Qué hora es?" pregunté notando que había perdido mi reloj.

Ella levantó la manga de su sueter dejando ver al menos unos siete relojes sobre su brazo, "8 horas 23 minjtos pequeño" dijo y siguió barriendo la tierra.

Me puse de pie a duras penas, notando que el dolor de cabeza se intensificaba -Quién sabe si era por resaca o por los golpes- y me acerqué a ella.

"¿Para qué tantos relojes?" pregunté parándome a su lado, notando que era más alta que ella, al fin soy más alto que alguien.

Ella se levantó la manga y sonrió, "Los encuentro tirados siempre, ¿Alguno es tuyo?" preguntó mostrándome su brazo.

Con cuidado le retiré de la muñeca mi reloj fino y me lo puse confiadamente, ella ignoró la acción y siguió limpiando. Por mi parte decidí salir de aquel lugar, pero en el día, en la superficie de aquel sótano la gente vestía elegantemente y parecía un establecimiento muy serio. Traté de pasar sin llamar demasiado la atención y salí por la puerta, al mirar las calles barrios bajos era totalmente diferente, parecían barrios ricos, no había ni un sólo lugar en el que no hubiera alguien vistiendo elegantemente o un auto carísimo, me sentía desorientado y mi cabeza dolía demasiado como para caminar rápido a casa. Estaba perdido, y sólo. Y por un momento comencé a pensar en el por qué siempre tenía moretones. Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón y aligeré el paso, mirando al suelo.

»Recuerdo haber conocido a un chico que era bastante agradable, su nombre era Bill, aunque no conozco su apellido, Bill y yo fuimos amigos durante un mes, creo, aunque si éramos cercanos nunca recuerdo su apellido, en fin. Él era muy dulce y agradable conmigi y supongo que con el tiempo me enamoré de él, y sé que un mes para enamorarse es muy poco pero tal vez no fue amor. Él comenzó a utilizarme para que le hiciera su tarea, y en cuanto comencé a negarme, comenzó a golpearme, Bill un día intentó abusar de mi, y por más que le decía que no, lo logró. Bill de vez en cuando entra a casa por mi ventana, tal vez sólo viene a reírse de cómo lloro cuando le ruego que no me golpee o simplemente viene a eso, a golpearme. Ahora no sé detenerle y le tengo miedo, y tengo miedo de decirle a John porque que se va a alterar de sobre manera y tampoco es la mejor idea. No quiero al hombre que quiero peleando con el hombre que más miedo me da.

Y de pronto un ding sonó en mi cabeza.

"Te gusta John"

"Si"

"Te gusta uno de tus mejores amigos"

"Si, así es"

Honey Bee { McLennon }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora