CAPITULO 2

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ARWEN

Jamás dejes de buscarme, porque mi alma jamás dejara de llamarte. Prométemelo ... Promételo

Despierto y al abrir mis ojos lo único que puedo ver es su rostro.

Jamás deje de buscarte, siempre lo hare hasta volver a encontrarte, no importa cuántos mundos y galaxias tenga que recorrer.

Nunca lo he admitido abiertamente a nadie. Pero es asi

Esta vez estoy en un planeta que no es mucho del agrado de mi especie, ya que, bueno la raza que reside aquí es considerada una plaga, bueno no se lo comenten porque se ponen furiosos, eso lo pude notar en cuanto llegamos aquí.

Aunque siendo un experimento que salió mal, pues que se puede esperar.

Cuando visite la tierra por primera vez era un paraíso, verdaderamente hermoso, si lo hubieran visto jamás lo querrían destrozar como lo están haciendo estos humanos y de cierto modo yo los aborrezco, tengo bastantes razones para hacerlo.

No estoy aquí por gusto, debo decir, solamente venimos a supervisarlos.

Podría decirse que soy parte del gobierno en mi raza, un embajador creo que sería lo más adecuado, creo.

Mi familia y yo nos hemos dedicamos a esto por generaciones, no es que lo hayamos elegido, es como cuando los humanos heredan el negocio familia, fue de la misma manera para mis hermanos y para mí.

Desde siempre hemos estado entre los humanos, aunque hace poco que venimos para "vigilar", adoptamos la forma humana y tratamos que nuestros cuerpos también "crezcan" conforme el tiempo que llevamos en un lugar. No queremos levantar sospechas, ya que los humanos aún no están dispuestos a aceptar que existen otras especies/razas en el universo.

Son demasiado jóvenes y por supuesto entrarían en pánico y su mejor respuesta seria una guerra, ya saben vuelven a cometer los mismos errores una y otra vez. Y supongo que podría decirse que son muy predecibles, con ellos llenos de temor y prejuicios.

Así que nos adaptamos bien, aquí llevamos nueve años, aunque sinceramente para nosotros es como un parpadeo, nuestra misión consiste en quedarnos diez años y después regresar a nuestro planeta, dar el informe e ir por la siguiente misión.

Aunque desde que ella se fue, la he estado buscando en cada planeta en el que tengo una misión. Desde su partida han sido ocho planetas.

Ochenta años.

Aunque el tiempo para nosotros es irrelevante, pero ha sido como una eternidad este tiempo sin ella.

A veces cuando veo una iglesia, entro y empiezo a rezarle a este Dios cristiano de los humanos, no sé si exista, pero ahí estoy yo rezándole y pidiéndole una segunda oportunidad para ser feliz.

Hoy como cualquier otro día, daremos unas vueltas en esta ciudad, nada del otro mundo.

Literalmente.

Me siento en la cama y miro el reloj que deje en la mesita de noche junto a mi cama. Son las ocho de la mañana, creo que es momento de prepararme, después mi hermana patea traseros viene y bueno, quisiera evitar esa situación a toda costa.

Voy al baño y veo mi reflejo en el espejo que está colgado sobre el lavabo.

Distingo los pequeños detalles aquí y allá desde hace una semana atrás. Esto de que tu cuerpo crezca constantemente es a veces fascinante y otras veces un completo fastidio.

Veo mi cabello y puedo notar que ya es tiempo de un corte y no estaría mal rebajar un poco mi barba, me pongo en ello.

Mientras estoy usando la máquina de afeitar, quiero escuchar un poco de música así que enciendo mi celular a través de mi mente y le ordeno reproducir led Zeppelin, exactamente "staraway to heaven", ya saben algo clásico y una apuesta segura.

Mi edad siempre es relativa, es conforme al cuerpo que tenga en ese momento, ya que nuestra esencia o también podrían llamarla alma en si no tiene edad. En este momento mi cuerpo luce como alguien de dieciocho años.

Me agrada este cuerpo, creo que es lo mejor que he tenido hasta ahora, olvide mencionar que me gusta lucir bien, ya saben si tienes que adoptar la apariencia de una especie, pues por lo menos que sea de lo mejor ¿no creen?, bueno es lo que siempre nos hemos dicho mis hermanos y yo.

Y sobre todo hemos descubierto que los humanos al ver una cara "bonita" cooperan con mayor facilidad.

Lo sé, eso fue totalmente ególatra, tal vez si lo sea o tal vez no, pero me agrada mi espeso cabello azabache, mi piel apiñonada, mis ojos azul topacio y un cuerpo con buena musculatura ¿es bueno no?

Oh, seguro que lo es

-¡Arwen apúrate deja de acicalarte tanto como un maldito gato, a nadie siquiera le importa!- Y si ahí está mi queridísima hermana patea culos. Ese apodo se le quedo ya que, bueno literalmente lo hace.

Y si ese es mi nombre Arwen y mi apellido como humano es Rickson

A la declaración de mi hermana solo pude rodar los ojos, ya que todos los días es la misma alegata. A veces creo que es su forma de demostrar su amor o alguna mierda retorcida como esa.

Nahh ya me acostumbré, ya saben con eso de que somos casi casi inmortales y que la he soportado por siglos, ya la interacción es sumamente fácil de sobrellevar o ella simplemente te patea el trasero y listo.

Aunque no niego que estas últimas décadas han sido algo duras.

Sobre todo, cuando conoces la felicidad y de pronto te la arrebatan sin más.

Me doy un último vistazo al espejo comprobando todo mi outfit y lo apruebo parece ser que va con las tendencias ground de hoy en día; con mis jeans a la cadera, mi camisa manga larga color gris y mis snickers negros, creo que lo único que hace falta es una gorra de béisbol; lo siento es difícil de no seguir estos deportes al estar tanto tiempo en la tierra, y tomo mis gafas de aviador.

Al llegar a la cocina veo a mi gruñona hermana y debería de ser al revés ya que soy el mayor y ella la más pequeña.

Bueno así es esto.

Saben a veces no sé cómo mi hermana no usa algo de su encanto natural, ya que bueno podemos hacer creer a los humanos casi cualquier cosa con nuestro glamour natural, pero ella simplemente no lo utiliza y parece que somos gemelos ya que ella va vestida casi de la misma manera que yo.

Y hago una mueca

-¿Qué?- arquea una ceja en mi dirección y yo solo hago una señal con mis manos de rendición.

Pfff alguien no está de buenas.

Nunca lo esta

-Vamos que los demás ya salieron, solo faltamos nosotros y aún tenemos que pasar a la pajarera- me dice mientras que yo tomo una botella de agua del refrigerador y un panecillo del mostrador.

Tendré que pasar por algo de comida ya que esto no será suficiente. Les digo este cuerpo todo el tiempo tiene hambre.

Recalco, es el cuerpo, no yo, ya saben cosas del crecimiento.

MAS ALLÁ DE LAS ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora