CAPITULO 4

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ARWEN

Todo el santo día estuvimos dando vueltas, haciendo encargos, fuimos y venimos de la pajarera.

Bueno la pajarera no era más que un cuartel general por decirlo, donde podíamos mantener en contacto e informados a los de mi especie que no se encontraban en este planeta o estaban en otro país, porque bueno si, somos bastantes.

Y por fin estábamos descansando en la pajarera, porque a casa solo iríamos a dormir, cambiarnos y de nuevo la misma cosa de siempre, créanme es bastante fastidioso. Hacíamos rondas de observación en ubicaciones donde falsamente se nos había visto, eso siempre era de rutina, ya que tenemos que mantener nuestro anonimato y vigilábamos de cerca al gobierno por cuestiones de creación de tecnología con un mal uso, que se podría usar en nuestra contra o podría afectar a toda la humanidad.

-Siempre eres tan holgazán Arwen, no sé cómo rayos es que podemos ser parientes- Y ahí está de nuevo mi hermana patea traseros también conocida como Suhel

Lo único que hice fue poner los ojos en blanco y estirarme más en el sillón en el que me encontraba y dándole un toque con un "no me importa" puse los brazos detrás de mi cabeza y fingí dormir.

Mi hermano Natt solamente se rio de mi comentario. Mi hermano era con el que mejor me llevaba aquí, él no era tan "rebelde", sinceramente no sé porque me clasifican en esa categoría, pero así es, él es más tranquilo; un maldito genio con la tecnología en general y diestro con sus manos, bueno lo que el haga en la intimidad es su problema, pero les aseguro que de algunos cables y radios viejos hace todo lo que te puedas imaginar.

Todos nos parecemos, mismos ojos azules, tono de piel, obviamente espectacular, facciones, pero la única que está más loca de lo normal, es mi hermana, ella se tiño el cabello de esos colores de moda, eso le fascina, pero raramente la ves usando algo más que unos jeans ajustados y camisas de colores sólidos y aburridos. Se tiño el cabello de color azul, pero en diferentes tonos, creo que a este efecto le dicen ombre y si lo admito, se ve súper genial, sobre todo que sus ojos se ven espectaculares.

Natt es el más chico, yo el sándwich, después la insoportable de la patea traseros que se hace llamar mi hermana y Alioth el mayor, él y yo podrías decir que estamos calcados al carbón, pero él es más alto, tiene un lunar en la mejilla izquierda, el cual yo no y por supuesto jamás en la vida tendrá el carisma y seducción con la que yo cuento, eso está más que claro.

Ya que al parecer aquello que lo define como hombre se le ha secado, jamás lo he visto interesado con ninguna humana, alienígena o cualquier roca cósmica. Simplemente se la vive gruñéndole a todos y por cualquier cosa, esa es su respuesta para todo, solo debes de saber identificar la duración de su gruñido para saber si es un sí o un no y por lo general un silencio significa "vete a la mierda", lo digo enserio, ya después de tantos siglos sé de memoria su repertorio.

De repente solo sentí un golpe en la parte de atrás de mi cabeza al cual solo abrí un ojo y ahí estaba, casi pude haberlo predicho o apostar y ganaría, Alioth me veía con ese gesto de póker de siempre aunque creo que estaba malhumorado y quería que ayudara a Suhel, así que solamente lo hice, no me atrevería a probar mi suerte, en algún momento me creí muy "macho" dirían en México y bueno solamente les puedo decir que no me podía mover o siquiera sentar después de la paliza que me había dado, así que solo un gruñido bastaba hoy en día.

No me mal interpreten no soy cobarde, eso jamás claro está, solamente tomo mis precauciones, pero me gusta mantener a mi familia unida y todas esas porquerías, es lo único que tengo.

Lo sé muy cursi, pero a veces tengo corazón

Seguimos con la vigilia hasta que fue lo suficientemente tarde como para irnos a casa, después de que me estuviera quejándome por una hora completa de lo famélico que estaba. Llegamos a un in and out por unas deliciosas hamburguesas, que déjenme decirles que en ningún otro planeta que haya visitado en toda mi vida hay otra cosa que se le asemeje a las hamburguesas, así que dicho eso pedí media docena de hamburguesas con todo y sus papas junto con una enorme malteada de chocolate, santos cometas, esta comida es como tocar el cielo aunque solo sea por los diez minutos que me demoro en devorar todo.

Les dije soy un chico en crecimiento y esto solamente me duraba unas dos o tres horas antes de volver a estar muriendo de hambre.

-Ni siquiera los cerdos comen de esa manera tan asquerosa Arwen- Dijo Suhel asqueada mientras yo metía en mi boca mi tercera hamburguesa, yo estaba tan absorto que no le puse la menor atención porque quería romper mi tiempo en devorar mis hamburguesas, Natt y yo siempre hacíamos esto, mientras Suhel se ponía verde de las arcadas que daba mientras me veía comer y Alioth se dedicaba a lo suyo y de vez en cuando me daba alguna mirada reprobatoria, pero mientras no lo molestara todo estaba bajo control.

-Yo no tengo la culpa de que ames ver este hermoso rostro noche y día- Todo esto lo dije mientras seguía masticando con mis mejillas rellenas con deliciosa hamburguesa celestial

-Claro que no, todos los días te lo repito. No sé cómo es que somos hermanos- Me dice sumamente enojada, como siempre parece que esta, no es una novedad y toma una de sus papas fritas.

-Bueno entonces creo que deberíamos divorciarnos- Digo tratando de meter la cuarta hamburguesa en mi boca.

-¿Divorciarnos? Ni que estuviera casada contigo ¡Ya quisieras! - Se cruza de brazos y creo que está más enojada que hace un momento. Debo admitir que me gusta hacer esto cada día. Siempre termino con un golpe por parte de Alioth, pero es divertido.

-Bueno no lo estaremos, pero actúas como una esposa malhumorada e insatisfecha. Sabes creo que tendré que conseguirte un marido o en su defecto un juguete para que te diviertas- Antes de terminar estaba poniendo las dos hamburguesas que me hacían falta en mi camisa, la hice una tipo bolsa y ahí las empecé a poner, junto con las papas y agarrando mi malteada en el proceso, termine de decir mi frase y corrí lo más rápido que pude, ya que sabía que inmediatamente después mi hermana saldría como alma que lleva el diablo para darme una tremenda paliza.

-Ven aquí maldito cobarde, ¡¿COMO TE ATREVES?!- No pudo salir lo suficientemente rápido de su silla así que solo iba unos metros detrás de mí. Porque debo decir que ella casi iguala mi fuerza y sí que da buenas palizas.

Corrí todo lo que pude hasta llegar a mi habitación que estaba en el tercer piso de la casa y me encerré a piedra y lodo temiendo la venganza de la malvada Suhel.

Nahh, sinceramente no creo que me haga nada, para mañana ya se le habrá pasado, tal vez me trate de ignorar, pero siempre la contento. A pesar de que soy el que la hago enojar siempre soy el la hace reír mas y aunque ella no lo diga, sé que soy su favorito.

Y bueno a darle. Que coraje ya no pude hacer mi record, tendré que comérmelos con toda la calma del mundo, aunque es aburrido hacerlo solo sin nadie a quien molestar, aunque esto me da una idea, hoy que es un día de verano está despejado el cielo y aquí donde vivimos es una ubicación perfecta para apreciar las estrellas, me gustaría subirme a mi tejado y desde ahí verlas, pero no es lo mismo.

Desde que llegamos a esta ciudad cada cuanto o mejor dicho cada que puedo me escapo a las afueras de la ciudad para ver con una mejor claridad la luz de las estrellas. No sé porque razón pero las estrellas siempre me recuerdan a ella, me traen nostalgia pero de la misma manera me traen tranquilidad. 

MAS ALLÁ DE LAS ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora