No hay sensación más hermosa que sentirme tu oso de peluche.
Dormido me llamas, medio llorando, asustado porque no sentís mi calor. Tu llanto siempre se calma apenas percibís la caricia de mi mano en tu mejilla. No te hace falta verme. Con sentir, basta. Es esa magia que tienen los hijos de reconocer a su mamá, de saberse en el refugio cuando están en sus brazos.
Acá estoy, siempre voy a ir a tu lado. Dormí tranquilo, mi bombón. Mamá te acuna.
Y de nuevo, tu instinto te dice que me quiero ir, porque hay cosas que hacer... Y, ahí están tus bracitos, que me agarran del cuello en el más tiernos de los abrazos. No atendés a razones, porque mi lugar, es al lado tuyo.
Es allí, atrapada en tu abrazo, donde me pregunto ¿quién necesita a quién? Porque creo que el día que me falte, una parte de mí morirá.
Lo demás, puede esperar... Mejor, abrázame más fuerte.
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Cartas A Mis Hijos
PoesiaPorque la maternidad también inspira... Pensamientos al aire de la mamá de un ángel celestial y otro terrenal