Los siete pecados capitales [HakxYona] [Akatsuki No Yona]

III. Soberbia

-Ni los personajes ni la ambientación me pertenecen, yo sólo he creado la historia. Gracias y disfruta-

Nota: La soberbia es un sentimiento de superioridad frente al resto de personas. 

Era un tarde de verano en algún punto desconocido del bosque. Yona rodeaba la herida que Kija le había causado a Hak con vendas tras haberla desinfectado. 

¿Sorprendidos? Dejad que os lo explique. 

Minutos atrás, Yona junto con Jae-Ha se había alejado del campamento para recoger agua cuando de repente Yoon apareció corriendo diciendo que Hak y Kija se estaban peleando muy en serio y que no eran capaces de detenerlos. Así pues, habían regresado junto ambos y la muchacha pelirroja había conseguido que dejaran la contienda, mas no consiguió nada más allá de eso ya que Kija se dio la vuelta y se fue. Yoon le hizo un gesto hacia Hak antes de darse la vuelta y, como el resto de los dragones, seguir al peliblanco. 

Y volvemos a la escena del principio, teniendo todo perfectamente explicado. 

-Hak...-Llamó ella, sin dejar su trabajo.

-¿Mmmh, Princesa...?-Preguntó, antes de encogerse un poco debido al dolor que le produjo un movimiento descuidado por parte de Yona. 

-¡Perdón!-Exclamó, antes de continuar más cuidadosamente-Quería preguntarte... ¿Por qué os peleabais?

Notó cómo el cuerpo de su guardaespaldas se tensaba un par de segundos bajo sus manos justo antes de relajarse y comenzar a reírse, llevando la mano derecha hacia su frente. 

-¿Ha... Hak?-Murmuró la muchacha, sin entender a qué venía ese acceso de risa. 

-Yo...-Dijo el pelinegro, calmándose al rato pero con la sonrisa aún pintada en el rostro-Nos peleábamos por protegerla, Princesa.

-¿Por...mí?-Dijo ella, sintiéndose estúpidamente culpable ya que no podía defenderse sola.

-Por usted, sí-Dijo él, pasándole un brazo por los hombros y atrayéndola hacia su pecho-¿Quién cree que lo hace mejor, Princesa?

Yona, sonrojada y con la mejilla pegada al cuerpo de Hak, no sabía qué responder.

-Yo...eh...

De nuevo, la risa refrescante del hombre.

-Tranquila, no tienes que responder. Sé que yo lo hago mejor-Dijo, añadiendo cierto tono de superioridad en la última frase. 

La pelirroja apoyó las manos sobre el pecho del guardaespaldas y se impulsó, separándose de él. Seguía colorada, pero no le dio importancia alguna.

-No deberías tratar así a Kija, Hak.-Dijo ella, frunciendo el ceño.

-Vamos...-Dijo él, colocándole una mano en la nuca y atrayéndola de nuevo contra su pecho, pero de manera que su aliento cálido chocara contra la piel del cuello de Yona-Sabes que yo soy capaz de hacerte mucho más feliz que esa lagartija albina.

Yona debería haberle apartado. Sabía que debería hacer algo, sea lo que sea, pero no era capaz. Sencillamente, no era capaz de alejarse ni de decirle que ya basta, porque se sentía como un trozo de hierro atraído por un imán.

-¿Qué pasa, Princesa?

No podía responder. ¡No podía, maldita sea! Fue entonces cuando notó los músculos del cuerpo de Hak tensándose en un intento de apartarla o levantarse, lo que suceda primero. A sabiendas de éso e impulsivamente, se agarró a la ropa azul de su guardaespaldas, en un extraño intento de obligarse a que se quede con ella. 

-...¿Princesa...?-Preguntó, confuso.

Ella solo fue capaz de agarrarse más contra él, como queriendo imprimir en ese gesto el deseo de que no se apartase de ella. El hombre, entendiendo, se dejó caer como estaba antes y acarició la pelirroja melena de la muchacha.

-Me tomaré ésto como un sí, Princesa.

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¡Hey!

Gracias por haber esperado tanto, realmente me demoré. Pero bueno, lo prometido es deuda así que aquí tenéis :3

¡Un beso y que no os dé palo mandarme comments'! <3