VII

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Sus palabras se habían marcado en mí tanto como aquellas que antes habían procedido de sus labios. Esas palabras que marcarían mi vida para siempre.
Una mano bastante reconocible se posó sobre mi hombro, y me jaló hacia atrás con delicadeza.

- Es hora de irnos, hermanita.

- No, suéltame... - susurré.

- Por favor.

Me giré hacia JinYoung, dedicándole una mirada que demostraba todo lo que sentía en ese momento. Él insistió con sus ojos, y tan sólo aguardó mi respuesta.

- Ve - Jaebum susurró.

- Pero... - él interrumpió.

- Ve, sólo hazlo. Te veré mañana. Lo prometí.

- No, no quiero irme.

- Hermanita, por favor - susurró una voz trasera.

- Te amo.

- Te amo - él musitó.

La manera en que sus labios se abrían y cerraban al compás de su ternura lograba asesinarme por dentro. Me giré hacia Jinyoung, y él tan sólo pasó su brazo por detrás de mi cintura.
Ambos nos dirigimos hacia el automóvil. De pronto, reaccioné. ¿Yo? ¿Alejándome de aquel chico que tan feliz me había hecho? Sería la estupidez más enorme de todas.

- ¡Espera! - zafé los brazos de mi ahora ignorado hermano. Detestaba la idea de que él aparentara que todo estuviese normal...no lo estaba.

Corrí de nuevo hacia él. El aire lograba alborotar sus cabellos a la perfección. Sus ojos se entrecerraron al notarme correr hacia él. Una lágrima escurrió hacia el aire en el momento en que ésta brotó de mi ojo derecho.
De un salto subí a sus caderas. Él sollozó junto a mí en cuanto comenzó a girarme sobre el aire. Y ahí estábamos los dos. Parecíamos un par de niños pequeños.
Mi cabeza yacía refugiada sobre su cuello, y la suya sobre el mío. Los dos nos habíamos desaparecido sobre el lugar. Nada importaba, tan sólo nosotros.

- No llores - sollozó.

- Tú tampoco lo hagas.

- No puedo evitar hacerlo al mirarte a ti.

- JB, yo te amo.

- Eso lo sé, y yo te amo a ti. Solo a ti. Regresa allí, y sé de nuevo esa adorable chica de la cual me enamoré. Mañana todo será mejor, y tú y yo estaremos juntos. Ya lo verás.

Yo asentí con delicadeza. Mis zapatillas golpearon el suelo con delicadeza. Él soltó mi cintura con amabilidad, y curveó sus labios con suavidad.

- ¿Me das un beso? - preguntó.

¿Cómo iba a preguntar eso? Eran mis labios los que le rogaban eso desde hace tiempo.
Posé mis labios sobre los suyos con suavidad, y tan sólo me alejé aún con sus labios sobre los míos. Una sonrisa dividió nuestros labios.
Me giré de nuevo hacia el camino hacia el auto. Jinyoung aún aguardaba por mí. Él extendió su mano hacia la mía, pero yo tan sólo se la negué. Lo ignoré por completo, y continué con mi recorrido hacia mi destino.
No quería mirarlos. Odiaba el hecho de que él tuviese que acompañarme.

- Déjame ir yo con ella.

- ¿Estás loco? Ella odiará verte allí.

- No, quiero ir yo sólo con ella.

- ¿Qué? ¿Estás demente? ¡Tendrás un accidente!

- Por supuesto que no. Sé lo que hago, déjame ir con ella, por favor.

- Confío en ti - fueron las últimas palabras que logré escuchar. La distancia me había separado de ellos, y por lo tanto de sus palabras.

Me adentré en el asiento copiloto, y tan sólo cerré la puerta con fuerza. Eché mi cabeza hacia atrás, mientras cerraba mis ojos en un segundo.
Me ahorré lágrimas para mis adentros, girándome hacia la ventana, siendo lo más oculta posible. Mordí mi labio inferior durante todo el recorrido. Podía escuchar como sus sollozos de intercalaban con los míos. Ninguno era capaz de pronunciar palabra alguna.

Breathe.  i.jDonde viven las historias. Descúbrelo ahora