Capítulo 4.

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- Creo que terminamos por hoy Jayden - concluyó el señor Black poniéndose de pie

- Bien - me levante y estrechamos nuestras manos

- Mañana te parece si la sesión es a las 4:00 -

- Si, suena bien -

El señor Black me llevó hasta la puerta y me despidió. Llegue a la acera y comencé a caminar para ir a mi casa

Lleve mi mano a mis labios y los acaricie, aun sentía los labios de la muñeca sobre los mios. De verdad que parecía una muñeca, una de porcelana, tan frágil y linda, con esos ojos azules, su cabello fantasía, las perforaciones, los tatuajes, su manera de vestir, su cuerpo, su lindo rostro, todo.

Ella había cambiado algo en mi, y eso no me gustaba, se supone que yo no puedo amar a nadie, pero ¿y si con ella es la excepción? Algo en ella de verdad me gusta, parece que antes la han lastimado y por eso se volvió como es, antes seguramente era una tonta insegura que todo el mundo podría abusar de ella como quisiera. Con solo pensar en la gente que alguna vez le hizo daño me hace enojar, no puede ni imaginar que idiota le habrá hecho daño

Ese sueño no salia de mi cabeza, ella en ese vestido negro, con el cuerpo que tiene, con esa suave piel, mirándome con sus intensos ojos, besandome con sus carnosos labios. Me había despertado a la mitad de la noche tan caliente, sudando y jadeando que me faltaba el aire, tuve que darme un baño de agua helada en ese mismo instante si no iba a tener una especie de colapso, quería estar siempre cerca de ella y no quería que nadie mas la tocara ni la mirara, solo yo

El demonio gruño....

Pero él era un problema, si un día no me puedo controlar y él toma el control le aria daño a la muñeca y no quería eso, pero si ella quiere este cerca de mi va a ser un problema, tenia que usar lo que me dijo su padre para mantenerla alejada de mi y que no corra peligro
Llegue a casa y abrí la puerta, me quite mi chaqueta y la colgué en el perchero. Entre en la cocina y mama cocinaba, olía a galletas

- Hola ma - dije recargandome contra la isla

- Hola cariño, ¿como te fue? - preguntó sin mirarme

- Bien, es agradable estar en la casa de los Black -

- Me alegra -

- Tengo que hacer tarea mama -

- Okey -

Salí de la cocina y fui a la habitación, tenia que mantener al demonio calmado.

Narra Verónica Black

- ¿Ya estas? - me preguntó Cameron desde la puerta

- Si - me levante y antes de dar un paso mire mis pies, tenía puestos unos tacones negros que para mi gusto eran muy altos, apenas si podría caminar

- ¿Que esperas? -

- Ven y ayudame, si no me voy a caer - Cameron puso los ojos en blanco y me ayudo a llegar hasta abajo donde mis padres y mi segundo hermano ya nos esperaban

- Que guapa - dijo mi hermano Connor

- Tu no te vez nada mal, incluso te vez mejor que Cameron - le guiñe un ojo y Cameron me miro mal

- Bien, antes de irnos les voy a pedir un favor, quiero que se comporten - pidió mi madre - solo eso les pido niños, ya tienen 19 y 17 años - mi madre nos miro de pies a cabeza - se ven aceptables, sus tatuajes no se notan, bueno al menos no los de ustedes - miro a Cameron y Connor - pero los tuyos si Vero, pero no importa porque te vez hermosa con tu vestido rojo y tus tacones y tu alocado cabello recogido en una cola alta (Foto del cabello de Verónica en multimedia) se ven todos muy bien, vámonos -.

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