Capítulo 30.

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Todo estaba oscuro, apenas si podia ver por donde iba. Las hojas secas crujían bajo mis botas, hacia frío y el aire soplaba con fuerza. Mire a todos lados, no había nadie, solo árboles.

- Viniste - mire detrás de mi para saber quien era el dueño de aquella voz. Sentí alivio al ver que se trataba de Ken.

- No faltaría a nuestra cita - ¿cita? Las palabras simplemente salieron de mi, como el agua que fluye de una cascada.

- ¿No te da miedo el bosque? -

- No, ¿y a ti? - lo codee - ¿te da miedo? -

- Claro no, alguien debe protegerte -

- ¡Ja! Yo te voy a proteger a ti querido -

- Ya lo veremos -

Se acercó a mi y me tomó de la cintura para besarme tiernamente. El beso era dulce, sus labios eran dulces. El momento no duró demasiado porque alguien lo alejó de mi bruscamente, abrí los ojos y Ken estaba en el suelo, inconsciente. ¿Que acababa de pasar? Corrí a él pero algo me lo impidió y termine encadenada a uno de los árboles, todo había pasado bastante rápido.

- Es tan lindo ¿verdad? -

- ¿Que haces aquí? -

- Sólo quería que tenía de especial este idiota que te hacia tan feliz - sonrió - pero no veo nada extraordinario - tomó un hacha que estaba descansado contra uno de los troncos y caminó lentamente a Ken.

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