El ruido de la alarma hizo que me levantara de mi cama. Me duche, me cambie y baje a desayunar. Olía a pan tostado y a tocino recién hecho, el mismo olor de casi todas las mañanas.
-Hola mamá. -Salude y deposite un beso en su mejilla.
-Hola cariño. -Contestó ella sosteniendo un plato de waffles en una mano y en la otra pan tostado. -Sírvete lo que quieras.
Tome unos waffles, un pan tostado y unos tocinos, me serví un vaso de leche y me senté tranquila en la mesa dispuesta a comer.
-Buenas días princesa. -Saludó mi padre entrando a la cocina. Vestía un traje muy elegante, siempre se veía muy bien, a pesar que ya no era joven. Me besó la mejilla y después se dirigió a mamá para darle un tierno beso. -¿Qué hay de desayuno?
-Waffles, tocino y pan tostado. –Contestó simplemente ella.
-¿Maddie todavía no ha bajado a desayunar? -Preguntó mi padre.
Me encogí de hombros y tome un sorbo de mi leche. -Sabes que siempre tarda en arreglarse.
-¡Maddie! ¡Baja a desayunar!. -Le gritó mi madre.
-¿Porque tu no tardas en arreglarte? -Me preguntó mi padre y levantó una ceja.
-No me gusta maquillarme mucho.
Escuché pasos provenientes de la escalera y en menos de un minuto Maddie ya estaba presente. Se sentó en la mesa y tomó unos waffles.
-¿Sólo vas a desayunar eso? -Interrogó mi padre mirándola mal.
-Sí. Tengo que cuidar mi figura. -Respondió con desdén.
-Niñas apresurarse o llegarán tarde. -Avisó mi madre.
Maddie apenas comió un waffle y se levantó de la mesa.
-Si no te apresuras, te quedarás. -Me advirtió mientras subía las escaleras.
Rápidamente termine de desayunar, me lleve todo lo que pude a la boca y me dirigí al baño para cepillarse los dientes y arreglarme el cabello.
Maddie terminó antes que yo y se dirigió al coche a toda velocidad, yo la seguí por detrás, también corriendo.
-Adiós mamá, Adiós papá. -Me despedí mientras salía corriendo por la puerta.
Subimos al Audi A5 que mis padres le habían comprado a mi hermana. Yo aún no tenía edad ni licencia para conducir, y aunque tuviera ambas, sería casi imposible que Maddie me prestara su precioso auto.
Llegamos al Instituto, ella aparcó su auto en el estacionamiento y yo baje antes que ella para que nadie me viera llegar en su auto. Así estaban la cosas; mi hermana era la más popular de Dawson High, era la reina, era realmente bonita, con su larga cabellera rubia, su tez perfecta y sus ojos verde intenso. Llamaba la atención de cualquier chico que ella deseara.
Dawson High era un Instituto particular, dónde llegaban los de secundaria y Universidad, estaban casi juntos. Claro que los de secundaria tenían su parte del Instituto y los de Universidad la suya, así que no se mezclaban.
Maddie era dos años mayor que yo, así que por lógica, era dueña de su parte del Instituto; La Universidad. Donde asistían los mayores.¿Yo?
Yo era un bicho raro delante de ella, muy pocos sabían que éramos hermanas, y era porque yo quería mantener un bajo perfil y ella no quería llevarse con alguien tan insignificante como yo.
Era otro día aburrido en el Instituto. Las clases aburridas, los maestros aburridos, todo aburrido. Me dirigí a mi casillero, puse la clave y guarde mis libros. La misma rutina todas las mañanas.
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Lo Prohibido.
RomanceLo Prohibido, siempre será lo más tentador. "Si no recuerdas las más ligera locura en que el amor te hizo caer, entonces no has amado" -William Shakespeare Dicen que a las personas nos atrae lo malo, lo peligroso, lo prohibido. Mackenzie de 17 años...