Capítulo 9

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Día 25

Strucker estaba sumamente orgulloso de su hallazgo, por fin había logrado dar poderes a 2 personas normales, pero también se sentía orgulloso de haber acabado con la esperanza y la fuerza de una de las más poderosas del equipo de los vengadores. Sabía que la vengadora no lograría hacer nada a partir de ahora, y lo más seguro era que por las constantes torturas no volvería a ser la misma.

En cuanto a Gaia, ella estaba en aquella cama metálica, sumamente mareada y desorientada, no entendía nada, sus sentidos parecían no existir. Su vista trataba de enfocarse, pero lo único que veía eran sombras, como si de demonios se trataran. Sentía manos recorrerla de pies a cabeza. La asechaban. Trataba de alejarlos de ella, pero de su boca no salía nada, solo balbuceos que hacían reír a los hombres.

Gaia apretaba constantemente los puños, pero se sentía tan débil que no podía dejarlos así por más de 4 segundos. Varias manos seguían paseando por su cuerpo, indefenso, adolorido y sobre todo, herido. 

-Por favor, paren-logró murmurar con un hilo de voz. 

-Si esto todavía no empieza cariño-menciono un hombre a la vez que le acariciaba el cabello-ya veras que disfrutaras tú también-dijo y los demás hombres rieron. 

Una lagrima cayó de su ojo izquierdo, no podía más, quería desaparecer, o que por lo menos la droga la durmiera. Prefería estar inconsciente si le hacían algo. Y como si Dios hubiera escuchado sus suplicas, comenzó a perder el conocimiento. Poco a poco sus sentidos se fueron desvaneciendo, hasta que la oscuridad la invadió, y esperaba fuertemente que esta vez fuera para no volver a despertar.

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