Al poco tiempo llegaron Mike y Ash. Mike traía una mochila de la que empezó a sacar video-juegos. Dios mío, pero ¿cómo podía tener tantos? “qué friki” pensé para mí misma. La cantidad de dinero que se ha tenido que gastar para tener todo eso. Después de dudar varios minutos a cuál iban a jugar se decantaron por uno de carreras y lo pusieron en la play. Primero jugaron Calum y Mike, mientras Luke y Ash charlaban de algo, no sé de qué, yo solo escuchaba un murmullo y las risas y gritos de los dos que estaban jugando en ese momento. Luego Calum se cambió por Luke. Ash se acercó a mí.
- Ala, 50 sombras –dijo sonriendo.
Pero ¿qué le pasa a todo el mundo con este libro? Sí, son 50 Sombras de Grey, follan mucho y es muy guarro, pero y ¿qué? Christian pone mucho.
- Sí, ¿lo has leído? –dije levantando la vista de la página.
- Sí –dijo sonrojándose- Ya he terminado la trilogía.
Lo miré con cara de “tú tienes que saber demasiado, Ash” y el volvió a sonrojarse una vez más.
- Se los leyó mi madre y como todo el mundo estaba muy pesado, los leí.
- Está bastante bien hasta dónde he llegado a leer.
- Pues sigue, sigue. Ya verás –dijo riéndose.
¿Podía llegar a ser más guarro? No lo creo.
El resto de la noche me la pasé leyendo y Luke se la pasó ignorándome totalmente. No me dirigió ni una palabra, ni una mirada, nada, absolutamente nada. Cuando pidieron la pizza yo decidí ir a la cocina y hacerme una ensalada, subí a mi habitación, la cual estaba al lado de la de Luke y me la comí allí dónde seguí leyendo. En toda la noche no escuché que nadie subiese por las escaleras, por lo que deduje que Luke se debió quedar a dormir abajo con los chicos. A la mañana siguiente bajé y mientras ellos dormían recogí todo el salón, los video-juegos, las cajas de pizza, los vasos y las botellas y las llevé a la cocina. Cogí un tazón del armario y le eché cereales, me senté en una silla a comérmelo mientras pensaba qué coño le pasaba a Luke conmigo. Cada minuto que pasaba pensándolo más me enfadaba, así de decidí dejarlo estar. Cuando los chicos se fueran hablaría con él y ya está.
- Buenos días, _____ –escuché la voz de Ashton.
- Buenos días, Ash.
- ¿Puedo acompañarte? –dijo señalando a la mesa.
- Claro.
Ashton repitió la misma acción que yo hace diez minutos y se sentó a mi lado.
- ¿Qué te pasa? Estás seria –dijo metiéndose la cuchara en la boca.
- Nada…
- No te obligo a contármelo, pero quiero ayudar.
- Es Luke, Ash. Está pasando de mí –dije mientras agachaba la cabeza para mirar a mis manos.
- ¿Te refieres a anoche?
- Me refiero a todo. Quiero decir… bueno, ya sabes, llevamos más de un mes sin hacer nada, cuando antes era casi diario –dije sonrojándome.
No me gustaba contar estas cosas, pero era obvio que los chicos lo sabían, conocían a Luke desde hace mucho y él se lo contaría sí o sí. Además sentía que podía confiar en Ashton y yo me estaba comiendo la cabeza y en breve iba a empezar a volverme un poco loca.
