Capítulo 2.

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Mi dolor en la entrepierna parecía ir disminuyendo a medida que pasaba la semana. Luke se mostraba muy atento, ya que yo me pasaba la mayor parte del día tumbada, que es como mejor estaba. Él me traía agua y comida cuando realmente no podía levantarme y cuando quería ir al baño, él me ayudaba a hacerlo, también lo hacía cuando tenía que subirme los pantalones. Me disponía a levantarme de la cama cuando Luke corrió hacia mí.

-        Tranquilo, ya puedo hacerlo sola –sonreí al ver que el dolor había desaparecido.     

-            Aw, a mí me gustaba hacerlo –dijo inclinándose y dándome un beso.

En ese momento la puerta se abrió.

-            Chicos, en media hora nos vamos –dijo Liz.

Luke y yo asentimos a la vez. Dentro de media horas deberíamos salir hacia el aeropuerto de Sidney para llegar a EE.UU  mañana por la mañana.  Yo llevaba dos maletas, es decir, todo lo que me había traído de España para Sidney, lo siento, pero sin mi ropa y mi maquillaje, no puedo vivir. Eran dos maletas bastantes voluminosas y por lo tanto deberían pesar incluso más que yo. Hice un intento por arrastrarla, pero no funcionaba. Suspiré. Luke sonrió y comenzó a tirar de ella, wow, estaría delgado, pero realmente tenía fuerza. Entre Liz y yo conseguimos llevar la otra maleta al coche, donde los chicos nos ayudaron a colocarla dentro.

-          ¿Estamos todos? –preguntó Mike.

-          Mmmm, sí, todos –dijo Calum mirando alrededor para contarnos.

-          Pues vamos –dijo Mike.

Yo estaba súper emocionada, era mi primera vez en EE.UU y siempre había querido ir allí e ir con estos chicos, era aún mejor. Íbamos en el coche de Luke, conducía Liz y Ash iba a su lado, atrás íbamos los demás, ya que era un coche de siete plazas y cabíamos perfectamente. Estuvimos todo el camino hablando de cosas variadas, que no venían a cuento y riéndonos, como era normal entre adolescentes hormonados. El tiempo se me pasó volando hasta que nos montamos en el avión. Y wow, esto no tenía nada que ver con el avión que cogí para ir de España a Sidney, en el que si cogías asiento y podías tener tu maleta encima de tu cabeza era todo un logro. Pero este avión tenía un pasillo enorme, con grandes asientos que probablemente podrían dar masaje y, si quisieran,  podrían llegar a ser tu mejor amigo. Los asientos iban de dos en dos colocados en filas, yo me senté con Luke y luego cada uno de los chicos se sentó como quisieron rápidamente, sería la práctica que ya habían cogido de tanto viajar.

Varias veces en menos de un minuto se acercaba una azafata para saber si necesitábamos algo, y si así era, satisfacer nuestras necesidades en un momento.

-          ¿Ya no te duele? –preguntó Luke colocando una mano sobre mi muslo.

-          No, nada de nada –sonreí. La verdad, era un dolor muy amargo.

Luke comenzó a acariciarme el muslo, arriba y abajo, arriba y abajo, repetidamente. De momento, me puse tensa. Oh, Luke, ¿qué estás haciendo conmigo? Me tiene totalmente a sus pies, sexualmente hablando. “Para, Luke, para, para”, pensaba para mí misma. Pero no lo hizo no paró. Note lentamente como un flujo caliente corría por mi entrepierna. “No puede ser, ahora no”. Vale, no era muy experta sexualmente, pero podía darme cuenta de que estaba realmente excitada por las caricias de Luke. Mis bragas comenzaban a empaparse, y podía notar el fluido atravesar la tela de mis pantalones. Rápidamente me desabroché el cinturón.

-          Ahora vuelvo, tengo que ir al baño –dije notablemente tensa.

-          ¿Va todo bien? –Luke sonrió pícaramente.

Oh, Luke, no te hagas el sueco, sé que sabes lo que está pasando en mi entrepierna.

-          Todo bien, solo tengo que hacer pipí – respondí.

Realmente no era del todo falso, realmente tenía la necesidad de expulsar un líquido, no era pis, pero supongo que se puede llamar también así.

Atravesé todo el avión hasta llegar al baño, donde una azafata me sonrió y me indicó como utilizar la puerta para que supieran que yo estaba dentro. Asentí y entré rápidamente, sentándome en la tapa del WC. Oh… no sabía que podía hacer tanto “pis”. Pero aquello era realmente raro, era viscoso y medio blanco. “Qué asco” me dije a mí misma, menos mal que es mío que sino. Me estaba ya subiendo las bragas cuando alguien llamó a la puerta.

-          Ocupado –dije lo suficientemente fuerte como para que la persona de afuera me oyese.

-          ¿Qué dices?, soy yo –reconocí la voz de Luke al instante. Podía notar como sonreía a través de la puerta.

Me subí los pantalones como pude y entre-abrí la puerta. Luke pudo colarse por el hueco de la puerta.

-          El baño de caballeros está en frente, cariño –dije amablemente.

-          ¿Y quién te ha dicho que yo quiero entrar en ese baño? –dijo mordiéndose su labio inferior.

-          ¿Eres ninfómano? –dije riendo pícaramente.

-          Desde la semana pasada –respondió.

Vale, Luke sabe cómo hacerme sentir realmente sexy y querida. Su mirada, sus manos y sus palabras me hacían quererle, pero quererle ahora mismo, físicamente.

Luke se acercó a mí y con un pequeño pellizco agarró mi camiseta y me aferró a él.

-          Hola preciosa –dijo justo antes de besarme.

Recorrió mi cara y la mayor parte de mi cuello con sus labios, que de vez en cuando humedecía con su lengua. Metió su mano por el interior de mi camiseta y notaba sus dedos subiendo más y más aproximándose a mis pechos, gemí. Luke no dejaba de besarme mientras acariciaba mis pechos, de verdad este chico sabía cómo seducirme, quizá porque me conoce desde que tengo uso de razón. Hábilmente me quitó la camiseta y se quitó la suya rápidamente.

-          Menos mal que no te has llegado a abrochar el pantalón –sonrió.

Luke se agachó y tiro de mis pantalones hacia abajo, llevándose con ellos también las bragas. “Eso no es romántico” pensé para mí misma. Pero ya no me dio tiempo a pensar más. Mis emociones se disparataron y se mezclaron entre ellas, formándose una sola, ni siquiera sé cómo llamarlo, placer, quizás. Luke también se bajó los pantalones y los calzoncillos. Ahora estábamos desnudos el uno delante del otro. Qué bello es.

-          Eres preciosa –dijo Luke, cogiendo mi cara para besarme una vez más.

Yo le sonreí, creo que ni siquiera era capaz de articular palabra alguna. Entonces Luke me cogió y yo rodeé mis piernas alrededor de su cadera. Cuando estuvo dentro de mí, solté un gemido que Luke ahogo en mi garganta con su boca, supongo que para que no nos descubriesen. A medida que el tiempo pasaba yo iba gimiendo un poco más al oído de Luke, mientras el soltaba palabras sueltas, como mi nombre o te quieros.  Mientras el tiempo pasaba y el orgasmo se acercaba para ambos, vagamente venían recuerdos a mi mente de la semana pasada, uh, como me gustaba recordar esos momentos. Ya no podía aguantar más, apreté mis dientes y mi cuerpo contra Luke, dejando escapar un pequeño gemido entre dientes. Luego Luke me besó, haciéndome entender que le encantó.

-          Increíble –dijo entre jadeos.

Cuando recobré el aliento y pude hablar, le dije a Luke de deberíamos de salir de allí uno tras otro y rápidamente, porque iban a darse cuenta. Era bastante obvio, dos adolescentes, hormonados, en un baño de un avión, juntos, eso solo llevaba a una cosa… sexo. 

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