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Deja de ser quien tú quieres y busca en el límpido reflejo de tu umbrío ser,
donde la única ocupación sea buscar tu dosis diaria de tristeza,
cuando tus pupilas estén cansadas de insultarte cada vez que miran tu pasado,
donde tu salvación procure esperar,
en el mismo lugar en que las sombras que te rodean conformen el color de tus ánimos,
donde el viento contradiga tus direcciones,
en cuanto tu autoestima se haya tomado el día,
donde el hecho de pecar esté infravalorado,
en donde tu única obligación sea ser un humano estando obligado,
cuando le seas infiel al escepticismo besándote con la idea de que existe la predicción,
donde la prueba de que estás vivo sea encender la luz de tus neuronas pensando en frases que revolucionarían el recinto de tu época,
donde el verso no caiga al alma como al pasto el rocío,
en el mismo lugar en que esa persona deformó tu percepción del cariño,
en el mismo lugar en que hayas olvidado la palabra amor,
donde cada trazo de tus dibujos requieran gastar un borrador,
en cuanto seas fan del silencio
y la oscuridad sea tu más fiel compañera de celda,
en cuanto tu ideal esté cansado de trabajar para ti,
donde tu ortografía y tu buen léxico no sirvan,
en cuanto no sepas diferenciar sentido de sensación,
cuando el deseo de escribir constituya tus primeras palabras y equivalga a decir "mamá",
en cuanto la tristeza te pida un aumento de sueldo,
cuando forniques clandestinamente con la idea del suicidio,
donde esté tu máquina traductora de sentimientos gravemente defectuosa,
en cuanto el templo sagrado de tu personalidad regrese de noche solamente,
donde la privatización de tu corazón sea casi un hecho,
en el mismo lugar en que puedas unir imaginación y creatividad, pero no las puedas utilizar,
donde la sangre que desciende tus mejillas no coagula más,
en el mismo lugar en que la penumbra se encuentre con su familia,
cuando el tiempo se haga muy amigo de tu tristeza,
en el mismo lugar en que el miedo tenga que disfrazarse de ignorancia,
donde no tengas un lugar en donde prender el cigarro del silencio,
cuando devores ávidamente cada página envejecida,
en la loza de tu carácter en donde cayó aquella gota de sangre de tu orgullo,
en cuanto tu oscuro camino se ilumine y logres ver su áureo final,
donde todo final es un inicio,
donde no encuentres la rima métrica,
en el mismo lugar en que la constante estimulación del dolor no afecte su intensidad,
donde cuentes con decepción para la cena,
en cuanto se encienda la sirena de emergencia en cuanto tus ojos intenten reflejar valor mientras miras esa soga,
en cuanto tu existencia se base a vivir de noche,
donde la luna sea la coordinadora de tu inmenso salón,
en cuanto tu gusto se torne muy presumido,
en cuanto la distancia que debes recorrer para encontrar tu corazón sea proporcional al tiempo en que la soledad fue tu compañera,
donde las escenas de amor abominen de ternura tu alma,
cuando la religión se convierta a veces en la comidilla de tu lógica,
en el mismo lugar en que las uñas de tu cerebro se desgarraron,
en donde el último delito que cometiste superó con creces las lágrimas de tu arrepentimiento,
donde el sol ya no sea más sol,
donde la soledad de confunde con el oxígeno que necesitas dentro de ti,
cuando tu voz disminuya su intensidad inconscientemente,
donde la almohada de tus poemas se empape con las lágrimas de tu filosofía,
en cuanto decidas cambiar de turno para disfrutar el mutismo de la noche,
en la cama donde tu silueta dejó su historia escrita la tarde anterior,
en cuanto tu entorno no sepa la diferencia entre tecnología y teología,
donde las horribles páginas que escribiste den fe del maltrato que recibiste por parte de tus dueños,
donde la amistad sea un récord que nunca logres superar,
donde la noche, muy de gala, se haya puesto su hermosa capa de estrellas,
en el mismo lugar en que viste la película de tu vida de pie sobre una silla,
en el mismo lugar en que surgió esa bendita pregunta que cambió el rumbo de tu normalidad,
donde el satanismo puso en ti su marca de reserva,
en cuanto solamente falte en tu estantería el libro que leíste mil veces,
donde la verdad de tu decadencia se esconda en los labios de la persona que amaste,
cuando tus manos no obedezcan tu corazón,
en el mismo lugar en que el consumo de drogas sea la caligrafía de tu sociedad,
en esa esquina de la vitrina de tu prosa reservada para el trofeo del terror,
cuando las hojas de tus libros estén hartas de ser leídas y la acuidad de tus retinas cada vez se dilate más,
cuando temas que la angustia por lo mudo te consuma por completo,
en el pretérito momento en que hayas tenido la fortuna de ingresar en el áureo camino,
y hayas perdido ya la cuenta de los años que llevas caminando sus caminos...
En el mismo lugar en que puedes divisar alguien llorando lágrimas de plata desolado y devastado,
en cuanto sientas que conoces a esa persona y su pena te conmueva,
cuando regreses de tus viles pensamientos contra la lógica del mundo y veas
y te centres en quien logró llamar tu testaruda atención,
en la habitación donde la noche es siempre tu cómplice y la luna te brinde la luz
que te permita darte cuenta que solamente estás mirando tu espejo.
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El Áureo Camino
PoetryFuriosamente masturba con lectura el órgano sexual de tu mente y obtendrás en tus manos el boleto hacia el camino, el Áureo camino, que conduce al silencio al saber, al deceso al filo de la angustia, a encontrar tu propio equilibro, perderás algunas...