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-Me pasas la mantequilla -pidió Kat a Brayden.
-Toma.

Después de la velada que tuvo con Dayron fue a su habitación a descansar.  Había despertado con un poco de dolor de cabeza y sentía los músculos adoloridos, la luz del amanecer entraba por la ventana descubierta de cortinas,  iluminando toda la habitación de anaranjado; el cantar de las aves se escuchaba desde lo más profundo del bosque. ‹‹ Hoy va a ser un día tan bueno como malo ›› pensó. Se incorporó y tocó la campanilla, Alicia apareció unos segundos después con unas cubetas llenas de agua caliente y le preparó el agua del baño.
Tomó una ducha rápida y en minutos  salió del baño, Alicia la ayudó a ponerse su vestido rojo (era el más bonito que tenía) mientras Alicia terminaba con su peinado.
Pensó si tal vez le gustaría cómo le luciría el vestido a Dayron, haciendo que  el pensamiento la hiciera sonreír llena de pena. Después salio de la habitación y se dirigió al comedor,  sentados desayunando ya estaba la familia Barrymore,  pero sin señal de los Lubally.  Un poco decepcionada se sentó lo más lejos posible que pudo de los Barrymore,  sin que se notara, claro,  de que los odiaba y evitaba por lo que le habían hecho a Dayron. ¿Dnde estaba él y Elliot? Ya era tarde y no había señal de ellos.

-Y,  ¿como durmió señorita Nobal?- preguntó con arrogancia Brittany.

Kat resistió el poner los ojos en blanco.

-Perfecto, ¿y usted?
-No muy bien. Solo de pensar lo que le paso a Dayron me quitó el sueño- dejo a un lado su plato y tomo su vaso de leche-. Pobrecito, es un chico tan guapo.
-Callate Brittany- la regañó Brayden.

La puerta de abrió. Madeleine apareció con una bandeja de plata y encima de esa había unas cartas. Tal vez el correo. Joseph que parecía muerto en vida, tomó el las cartas, miró a la anciana quien mantenía su rostro inexpresivo.

-Gracias Madeleine- dijo Joseph haciendo un gesto con la mano para que se retirará.

La mujer hizo una pequeña reverencia y salió del comedor. Joseph fue pasando las cartas pronunciando "basura, basura", hasta que de detuvo a media palabra. Miro a Kat sin alzar la cabeza. Con una sonrisa fingida le tendió la carta.

-Para usted.

Kat la tomó. Era una sobre de color rosa claro y enfrente una letra cursiva y elegante llevaba su nombre.
Kat levantó las cejas ¿Para ella? ¿Pero de quien...? Rápidamente la abrió y leyó.

Katherine, te informo que no llegaré a casa hoy. Un imprevisto se presentó en casa de Cristopher y necesito más tiempo.

Con amor, Dereck.

Un nudo en la garganta se le formó  cuando terminó de leer la carta <<Ese... tonto>> pensó Kat con tristeza. Bajo la carta y la guardó en su bolsillo. Cuando alzó la mirada vio que todos en la mesa la miraban con ojos curiosos.

-¿Y bien?- pregunto Brittany.
-¿Que?
-¿De quien era?- preguntó sonriendo de medio lado.
-Eh...- se aclaró la garganta.- de Dereck.
-Claro- contestó la chica sonriendo.- ¿Mando saludos?

Kat resistió las ganas de poner los ojos en blanco.

-Si. Pero por desgracia ninguno para usted.

Los hermanos Barrymore hicieron un sonido extraño. Kat los miro y se dio cuenta torpemente que trataban de contener la risa. Brittany la moto entrecerrando los ojos.

-Llegará en tres días- comento Joseph alejando su plato.
-¿Como...?- empezó Kat, pero fue interrumpida.
-A mi también me tiene que informar de sus asuntos Señorita Nobal. Soy el Fortnis adulto, y el que cuida de la casa y de sus habitantes.
-Si, claro- replicó Kat en un murmullo.- cuidarnos.

El desayuno estaba a punto de terminar, y ni Dayron ni Elliot llegaban. ¿Donde estaban? Se empezó a sentir inquieta, en pocos minutos le tocaba sus lecciones de Historia con Amelia y Brittany, y no le gustaba la idea de irse sin ver por última vez un rostro celestial. En ese instante se abrió la puerta y apareció Dayron, estaba muy guapo, sus ojos dorados brillantes y hermosos, al igual que su cabello. Pero ¿porque traía el traje de combate? Sus miradas se cruzaron por un momento, el mantenía su habitual rostro inexpresivo, pero también parecía molestó, su mirada le aturdió. Apartó el rostro de él y miro las flores del jarrón. Dayron se sentó al lado de ella y en silencio se sirvió de comer en su plato.

-¿Donde estabas?- pregunto Amelia con tono maternal.
-Entrenando- respondió el chico mientras mordía un panecillo.
-Bueno jovencito, hay horas que se reservan para la comida.

Dayron la miro confundido, luego negó con la cabeza y siguió devorando su comida.

-¿Estas enojado?- le murmuró Kat a Dayron.

Este negó brevemente con la cabeza y le tomó la mano por debajo de la mesa acariciando sus nudillos.

-¿Ya estas mejor cariño?- preguntó en voz alta Brittany.- ¿Aun sigues molesto con la persona que te provocó esto?

Miro a Kat. Dayron miro a Brittany y luego a Kat y por último a Connor que esbozaba una sonrisa de superioridad.
El chico apretó los dientes y negó con la cabeza.

-No, gracias a la pomada de los Elfos ya estoy mejor. Sanaran rápido- añadió en voz baja para Katherine.
-No tendrás tanta suerte si sigues rompiendo las reglas- intervino Joseph levantándose de su asiento.- Y es hora de sus clases señorita Nobal.

Kat suspiro.

-Lo sé

Joseph asintió y salió del comedor.

-Bien querida- hablo Amelia.- vamos.

Ella y Brittany se levantaron de su asiento alisándose la falda. Kat estaba apunto de levantarse cuando Dayron habló.

-Kat- se agachó por debajo de la mesa y le besó la mano aún unida a la de él. Después se levantó con la carta de Dereck en su mano.- se te cayó esto.

Kat sintió como la sangre subía a sus mejillas. Apartó la mirada de él, tomo la carta y se levantó, soltando su mano.

-Gracias.

Una Vida Después de la Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora