Capítulo 12

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Tarde de estudio

A las 6 puntual ya estaba en mi casa. Entramos en mi habitación y se puso a mirarla como si fuese nuevo para él.

Se puso a tocar el atrapasueños que colgaba de mi cabezal. Me gustaban mucho, por eso me alegré el día en que me lo regalaron. Luego se fijó en mis estantes repletos de discos. Se detenía a mirarlos detenidamente,hasta que se paró en uno y lo sacó.

-¿Justin Bieber? ¿En serio? Pfff

-¿Algún problema? -me puse serio hasta que no pude más y empece a reirme al ver que no lo decía a mal.

-Soy belieber.-No supe qué responde,me parecía surrealista tener eso también en común.

-Por fin encuentro a un tío que le guste. Pensé que sería el único.

-Mi canción favorita es That-Se me adelantó

-Should be me.

-Vale,esto no está pasando -puse la mejor de mis sonrisas-

-Sí que está pasando -me dice mientras me coge de los brazos con sus manos

-Quiero decir,esto es demasiado, no conozco a nadie que le guste como a mí. Solo se dedican a insultarle.

-Sientéte orgulloso de tener al mejor ídolo.-no pude evitar sonreír aunque trataba de evitarlo,no me gustaba que me viesen sonreir,me daba mucha vergüenza.

-¿Sabes? A veces pienso que no lo podré ver nunca...

-Lo verás,te lo prometo.-me toca la mejilla derecha y se acerca para besarme.Luego se volvió de cara a la estantería a seguir mirando los discos.

-Wow, veo que tienes un gusto increíble. Coincidimos en todo. Somos especiales por saber apreciar el talento, lástima que no todos lo hagan.

-Bueno,pongámonos ya a estudiar que quiero quitármelo de encima cuanto antes.-Fui a sacar el libro de matemáticas de mi mochila y saqué las gafas de vista del bolsillo pequeño y antes de sacarlas pensé "Que vergüenza". No me gustaba que nadie me viera con ellas. No las necesitaba salvo para ver la tele y cosas que requiriesen usar la vista de lejos. En clase siempre me sentaba delante para poder ver bien y no tener que usarlas.

Se acercó a mí y me vió las gafas.

-¿Usas gafas?-No respondí ni me giré avergonzado-

-No tengas vergüenzas. A ver póntelas.-Me las coloqué y me dí la vuelta- Lo que yo decía,estás guapísimo con ellas. - Esbozé una tímida sonrisa sin mirarle a la cara.

Me acosté sobre la cama boca abajo de modo que mis pies quedaron en la almohada y él me imitó. Abrí el libro y la libreta a su derecha. Traté de entender los ejercicios de la libreta ya explicados mientras masticaba el bolígrafo.

-¿Necesitas una ayuda?

-No trato de entender esto.- Se puso a explicármelo con esa voz tan tierna que era como música para mis oídos. Cuando acabó de explicarmelo me preguntó:

-¿Lo has entendido? - Al acabar de decir eso me sobresalté tratando de pensar rápido lo que había estado explicado.

- SÍ,SÍ - Le dijé para que no pensara que lo había estado ignorando. Me había quedado hipnotizado con su voz que no había estado pendiente de otra cosa. Suerte que más o menos me apañaba con ese tema pese a que las matemáticas no eran lo mío.

Verlo hablar era lo más bonito que había visto. Amaba cada palabra que decía aunque hablase de tonterías sin importancia. La forma en la que se movían sus labios al hablar. Todo aquello era como estar en el paraíso o en el mejor de los sueños. No quería que acabase nunca.

Se pasaron las horas y seguía siguiéndole la corriente como que lo había entendido todo. Miró el reloj y pusó cara de preocupación.

-Que tarde se ha hecho,me tengo que ir,siento no haber estado más rato.

-No pasa nada,me has ayudado mucho. Te debo una.

-Mañana es viernes, y había pensado si querrías salir,ir al cine...o algo.

-Sí,me parece bien.-Lo acompañé hasta la puerte y lo despedí con la mano.

Aún no se había ido y ya tenía ganas de volverlo a ver.

Don't ever let me go HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora