Capítulo 23

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Sano y salvo

Esa noche fue una de las peores de mi vida, mi padre se pasó dos o tres veces por mi habitación por los gritos que lanzaba, mi mente reproducía fielmente la misma imagen una y otra vez. Me despertaba y le preguntaba qué había pasado, estaba totalmente sudado, goteando literalmente.

La última vez decidí no volver a dormirme, no quería volver a pasar por eso otra vez y como quedaba poco para la hora en la que suelo despertarme decidí mantenerme despierto. Encendí la televisión desde el mando y puse las noticias. No solía verlas muy a menudo pero me resultaban interesantes y a la vez indignantes por todas las tragedias y desgracias que ocurrían a diario.

Al momento recordé qué tenía pensar algo sobre el dinero que necesitábamos. La única solución que se me ocurría era ir a la policía pero eso solo empeoraría las cosas para Dani. Podrían trincarle, o pensar que debían intentarlo en un centro de rehabilitación después de contárselo a sus padres.

No sacaba nada en claro, lo único era que tenía claro era que debía acompañarlo al instituto y al volver a casa. Así que me vestí y desayuné tranquilamente y me pasé a la hora indicada por su casa. Llamé al timbre y bajó enseguida, puso una mirada de "no tenías por qué hacer esto" y se subió para acabar de vestirse.

Durante el trayecto ambos tratamos de no hablar el asunto, sobretodo él, que en un principio se mostraba pasota pero después de evitar su propia muerte estaba más asustado, se le notaba en la cara.

Le dije de pasar esa misma tarde por su casa para acabar el trabajo de geometría y de paso asegurarme de que estuviera bien.

En clase como es habitual, me costó concentrarme. En la hora del patio fui de los últimos en salir de clase y al salir me fui al baño. No había prácticamente por el pasillo. Al abrir la puerta me encontré una figura de espaldas con un pasamontañas. Iba todo de negro. Al cerrarse la puerta me escuchó y se tiró encima de mí. No tuve tiempo de reaccionar. Noté un gran dolor en la zona posterior de la cabeza y caía al suelo perdiendo el conocimiento.

Me desperté y pude ver borrosamente a Dani. Tenía el rostro lleno de temor. Giré la vista y ví al mismo individuo. Procuré no moverme mucho para que no se percatara de que me había despertado mientras asimilaba qué me había pasado y que pasaba aquí. Me dí cuenta de que era, o tenía pinta de ser, la misma persona que me habló el otro día a solas, solo que esta vez actuó "dando la cara" en vez de esconderse detrás de un parabrisas.

Fijé la vista en su mano derecha y tenía una navaja, ahogué un grito. Estaban discutiendo pero yo solo podía pensar en salir ambos ilesos de esta situación. Por fin, Dani y yo cruzamos miradas y antes de que se diese cuenta el camello le dí una patada con mi pierna izquierda a su pierna izquierda provocando su caída. Se golpeó la cabeza contra la pared, al igual que hacía unos momentos me había pasado a mí.

Me tiré encima de él comprobando que respiraba. Solté un suspiro al ver que sí.

Dirigí la mirada hacia Dani, tenía el rostro pálido pero con mi mirada se calmó, al saber que respiraba. Después de unos segundos, se nos ocurrió buscar a un profesor antes de que despertara. Fui corriendo a buscar uno. Aún estabamos en pleno patio, así que me fui directo a la sala de profesores y allí estaba el director. Le insté para que se diese prisa, buscaba una explicación pero no era el momento, apena podía contener mi respiración. Le abrí la puerta del baño y nos encontramos con el camello inconsciente y Dani perplejo mirándonos.

El director no necesitó pedir explicaciones, sacó rápidamente su teléfono y llamó a la policía. Se le notaba muy tenso. Supongo que quería evitar que la gente viera este suceso porque quedaba poco para el final del patio.

La policía no tardó mucho en llegar pero para entonces ya había sonado el patio y el director evitó que nadie entrara. El delincuente ya se había despertado, lo levantaron entre los dos policías, le pusieron las esposas y se lo llevaron.

-ESTO NO HA TERMINADO AQUÍ, ¿ME OYES?.-gritó el camello dirigiendo una mirada de profundo odio a Dani. Éste cambió rápido su cara pálida a una más de alivio.

-Buenoooo, supongo que ya podremos dormir tranquilos.- dije con un tono sarcástico mientras le pasaba un brazo por sus hombros rodeándolos.-Venga, volvamos a clase y olvidemos esto de una vez. ¿Estás bien?

-Muchísimas gracias, en serio.-Me abrazó por unos segundos y esbozé una sonrisa que no pudo ver ya que desapareció al soltarnos.

-Para eso estoy, sabes que nunca dejaré de ayudarte en todo.-Me devolvió la sonrisa y nos fuimos caminando a la clase que nos tocaba : biología.

Don't ever let me go HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora