Capítulo 1.

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El frío viento de la ciudad húngara de Budapest golpeaba con fuerza contra el rostro de los tres inmortales que se encontraban en el helipuerto de Antigen, observando la huida del híbrido lycan-vampiro.

La menor de los inmortales mantenía la mirada perdida a punto incierto, experimentando visiones de parte del inmortal que huía, mientras sujetaba con fuerza la mano fría de la mujer a su lado, para luego alzar la vista hacia esta, pasar algo de saliva y hablar.

— Lo estoy perdiendo...

Recibió el severo ceño de la mujer, y bajó el rostro apenada.

— Tenemos que irnos— la mujer cogió del brazo a la menor, y lanzaba una mirada autoritaria al hombre que les acompañaba, mientras se escuchaba el sonido de pasos ascendentes— Tú— miró a la menor— A mi espalda.

Con movimiento ligero se colocó a la niña sintiendo cómo esta se sujetaba a su cuello, y cruzaba las piernas sobre su cintura. Los inmortales escucharon los gritos cercanos, la puerta de las escaleras comenzó a ser derribada con las balas que portaban. Los dos y la menor en su espalda saltaron al vacío.

Eve cerró los ojos, reprimiendo un grito, escondiendo su rostro en la nuca de su madre, hasta que sintió un ligero movimiento, similar a un suave balanceo, y abrió los ojos, estaban en el piso.

No hubo tiempo para palabras, tenían que correr, bajó de la espalda de la vampiro híbrida, y corrieron hacia un callejón cercano, abrigándose en las sombras de este, evadiendo las luces de los helicópteros que comenzaban a circular la zona. Uno de los vehículos aéreos paso por encima de ellos, la luz recorrió el callejón, mientras los tres se pegaban a la pared, evitando ser captados por los oficiales que iban en el helicóptero.

Selene soltó una maldición en voz baja al observar a un grupo bajando, apuntando con mira infrarroja, tratando de localizar algún punto de calor, volvió a jalar a la pequeña, dejándola tras de sí, y preparando sus armas, David preparando su látigo. Sin permitirse el lujo de la espera, los dos salieron de su escondite utilizando su velocidad sobrehumana para acabar con los militares.

Pronto el suelo se cubrió de la fresca sangre derramada de los humanos, y el camino fue despejado para continuar la huida. No pasó mucho tiempo, para que se declarara un toque de queda, y vehículos militares comenzaran a moverse entre las calles, cogiendo a todo aquel que caminara por las calles.

David dirigió a las dos mujeres hacia un punto de seguridad ubicado en las profundidades del lado oeste del Danubio, con el Buda Vár cercano, un punto que no había sido utilizado luego de la Purga, donde se abastecerían de armas y recuperarían sus fuerzas.

Selene recorrió los fríos corredores de piedra que asemejaban al lugar donde fueron emboscados por los lycans de Lane, su mano jalando del codo de la menor hibrida.

— No podemos quedarnos por mucho tiempo.

— Mañana nos reubicaremos— David pasó su mano sobre las paredes, hasta encontrar el lugar que buscaba, el ruido de la pared de piedra moverse llamó la atención de Eve.— Deberías ir a dormir, niña.

— No— replicó, sujetando aún más la mano de Selene, ese vampiro había sido de ayuda, pero no podía confiar plenamente en él, realmente no podía confiar en nadie.

Selene por su parte no le importaba si Eve se iba o se quedaba a su lado, total, no se sentía con autoridad para darle alguna orden. La maternidad era algo que estaba fuera de su sistema, no era una madre, tampoco estaba muy interesada en serlo, sólo quería sobrevivir y no volver a caer en manos de Antigen, y utilizar a la menor cómo un lazo para encontrar a Michael. Duro, quizá, cruel, totalmente, pero Eve tenía que aprender que el mundo es duro y cruel, aunque fuera de la peor manera.

Underworld: RebornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora