Capítulo 5.

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En las alcantarillas de la ciudad capital húngara, Eve se aferraba con ambos brazos a la cintura de su la mujer vestida en ropas oscuras. A su alrededor además de la peste común en la zona de alcantarillas, había sangre, mucha sangre, en las paredes, en la parte superior, en el agua que corría. También habían pedazos, extremidades, torsos partidos, cabezas cercenadas, todos adoptando forma humana lentamente, dejando atrás la forma feral que produce la licantropía.

Selene había destrozado a cada uno de ellos con usando su velocidad sobrehumana, sus armas con municiones de nitrato de plata habían ayudado en parte, pero el resto lo hizo con sus manos desnudas al carecer de armas de fuego, explorando al mismo tiempo sus habilidades cómo híbrido-vampiro.

Eve por su parte, se había mantenido lista en su forma híbrida, esperando que alguno de los múltiples oponentes de su madre fijara su atención en ella, pero no tuvo necesidad de involucrarse en el ataque. La mujer parecía poseída por alguna entidad, con una insaciable sed de sangre, cada segundo que pasaba, aumentaba su frustración, y eso se convertía en rabia, resultando así en una perfecta máquina asesina.

La menor sintió la mano de Selene sobre su hombro izquierdo, la respiración de esta se hacia cada vez más estable, y sus ojos azules volvieron al color marrón oscuro, se estaba calmando. Levantó el rostro, encontrando el frío rostro de la híbrido-vampiro.

— Tenemos que continuar.

Selene cogió a la niña del brazo y siguieron su camino, dejando atrás los cadáveres de los lycan que las habían acorralado.

Cada paso que avanzaban era una nueva reflexión entrando... estos no pertenecían a abajo, no eran lycans comunes, y por supuesto que no estaban al borde de la muerte cómo los lycans de las alcantarillas...

— Estás enojada.

— Sí— respondió de manera mecánica, el plan había cambiado.

Lycans con trajes militares sólo decía una cosa, esos malditos perros se habían infiltrado en el gobierno, y ella no tenía ningún contacto ahí...odiaba no saber cómo anticiparse a los movimientos del enemigo, peor, cuando toda su vida la dedicó a darles caza...la frustración crecía cada segundo más...

La única persona que podría estar cerca de archivos seguros, debía ser Sebastián. Necesitaba encontrar al detective humano, ¿Pero cómo? No conocía su dirección, bien podría estar todavía en el hospital, en la comisaría, bajo vigilancia, muerto inclusive...ni siquiera tenía su número de teléfono.

— Sigo intentándolo— dijo la menor, bajando un poco el rostro. Pronto sintió que la mayor se detuvo y alzó el rostro encontrando los ojos de la mayor fijos en ella.

— Lo agradezco. Pero ahora debes descansar.

Selene volvió la vista al frente y siguieron caminando, Sebastián podía esperar un rato y Michael...él estaría bien, quería confiar que estaría bien, que había aprendido a ser menos humano...si esta experiencia no le brindaba la frialdad necesaria para sobrevivir en el mundo actual, nada lo haría.

Para Selene, era difícil estar en ese punto muerto, mirar atrás sólo le recordaba su lucha, cómo dio muerte a su creador, y al primer vampiro. Estar de pie con un negro futuro por delante, un camino difícil que recorrer, pero lo haría al lado de Michael, juntos eran fuertes y eso en parte le hacia sentir segura. Pero ahora... Soltó un suspiro y saltó, saliendo a la superficie, madre e hija estaban cerca de la siguiente zona segura.

La vida y sus retorcidos caminos jugaban con Selene, a cómo un marionetista con sus marionetas. La mujer empezaba a pensar que sola estaba mejor, y aunque no se arrepentía de haber descubierto las mentiras tras su pasado, y el haber encontrado a su pareja; sabía que sola no le importaría mucho lo que el mañana trajera, si vivía o moría, ya que lo último hubiera sido en medio de una misión y lo habría aceptado con gusto. Era el pensar que todo Ajusticiador tenía, pero ahora eran demasiadas situaciones a considerar, cualquier decisión a tomar podría desencadenar una serie de eventos no deseados.

Underworld: RebornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora