Olvido.

Carta 2.

  «No te olvidé...»  

Hoy se cumple tres meses de tu partida, tres mese de tortura, dolor y vacío.

Cada segundo que pasaba era una tortura. 

Una tortura que cada día me consumía más. 

Nunca sentí tanto dolor en mi vida pero ahora sé lo que es realmente sentir dolor. 

Todo lo que siento es un vacío en mi interior que cada minuto que pasa ciento que se hace más grande. 

Y ya no se cuento tiempo podré aguantar así. 

Muerta en vida.

El primer mes no fue tan duro, no sentía tanto dolor por tu partida porque tenía la esperanza que ibas a venir. 

Pero no volvías y los meses pasaban.

Cada día al cumplir un mes sin ti, me quedaba despierta toda la noche sentada en el sofá mirando la puerta para ver si aparecías. 

Pero nada de eso pasó.

Sé que algún día vas a volver y mi vida va a volverá a tener la luz que siempre tuvo. 

Solo tengo que darte tiempo y espacio. 

Pero no dejes que pase mucho tiempo porque ya no doy más de tanta tristeza que siento.

Quiero que vuelvas porque no quiero que me olvides. 

No quiero ser un olvido para ti. 

Porque eso terminaría de destrozarme por completo. 

Quiero que vuelvas y me digas que me extrañaste tanto como yo lo hago. 

Quiero que sepas que no hay un segundo que no deje de extrañarte.

Extraño todo de ti. 

Extraño tu presencia en esta vacía casa. 

Extraño tu sonrisa, esa sonrisa tan angelical. 

Te extraño y no sabes cuánto.

M.