Alex:
—Estupido viejo... Que digo estupidos ustedes dos —gritó molesto Adam.
Yo solo me limitaba a sonreír satisfecho, el director era mi tío y claramente ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas, pero esta ves estaba notablemente más molesto.
Llegamos al despacho del director y nos sentamos en las sillas de afuera a esperar a que llegara, comencé a darle zapes en la cabeza a Adam.
—¡Estate quieto, fastidio!
—Aquí el único fastidio eres tú —respondí sereno.
Adam siempre ha sido un chico de lo más hiperactivo y enérgico, pero cuando dice ser arisco e insoportable, definitivamente lo logra.
De lo poco que conozco de él sé que tiene problemas en casa, y siempre se mete en líos, además de que tiene un carácter de lo más explosivo.
Desde que entré a este instituto por perder un año en mi anterior escuela me a gustado molestarlo, es demasiado irritable y eso me divierte.
El director entro al despacho sin decir palabra y nosotros lo seguimos, nos sentamos en los dos asientos que estaba frente al escritorio.
—Estoy harto de que sean incapaces de comportarse, llevan así por más de seis años y ya no los soporto. Alex, soy tu tío pero esta situación ya me saco de quicio, o se aprenden a llevar bien a las buenas o aprenderán a llevarse bien a las malas.
—Me niego.— Brinco instantáneamente Adam con una mirada de desaprobación.
Mi tío se acomodó las gafas y comenzó nuevamente a hablar.
—Rompieron la puerta de una de las habitación del instituto, inundaron los baños, hicieron caer a uno de sus compañeros y se fracturó un tobillo, cerraron con llave cinco aulas del internado, Adam, rompiste una ventana del salón de artes, pinchaste y perdiste los balones de la clase de deporte, pintaste la pared del anterior cuarto de Alex de Rosa. ¿Continuo?
Adam volteo la cabeza hacia un lado molesto, yo simplemente me limitaba a escuchar.
—¿Y eso que? —respondió Adam acabando con la poca paciencia que le quedaba a mi tío.
Mi tío ignoro la absurda pregunta de Adam.
—Los dos de castigo tendrán que limpiar la cafetería una semana, y para que aprendan a tolerarse ya que por lo visto no lo harán por las buenas, dormirán en la misma habitación —contraatacó mi tío casi que gritando.
—¡¿QUÉ?! —grito Adam levantándose de la silla furioso.
—¿Acaso te asusto princesita? —hable por fin.
—¡No! Pero me niego a dormir con ese bueno par nada —contestó sentándose nuevamente en la silla.
—Adam las reglas acá las pongo yo, y es mi última palabra, esta tarde me encargaré de mover tus cosas a la habitación de Alex, pueden retirarse.
—¿Enserio tengo que compartir habitación con esa escoria? —Señale a Adam.
—Si y no pienso discutir más del tema con ninguno de los dos.
Salimos del despacho y Adam no paraba de quejarse y maldecir por lo bajo, yo por otra parte sonreía malicioso pues era más que obvio que le había molestado más que a mí.
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¡No puede ser verdad!
RomantikAdvertencia: esta historia es yaoi ( chicoxchico ), si no te gusta no la leas, si es lo contrario espero sea de tu agrado.